Otro de los sesenta
A sus 52 a?os, John Cale volvi¨® a Madrid, encuadrado acertadamente dentro de un ciclo de M¨²sica sin Fronteras, para llenar un inmenso escenario con su voz, su piano y su guitarra. Desde que el m¨²sico gal¨¦s abri¨® la Velvet Underground en los sesenta, Cale ha lanzado su m¨²sica desde el lado dif¨ªcil, sin intentar rentabilizar comercialmente la a?oranza de aquel grupo m¨ªtico ni recordar tampoco sus estudios de teor¨ªa contempor¨¢nea con Xenakis, sus experiencias con La Monte Young o sus mil inquietudes como productor o como m¨²sico. Como en sus ¨²ltimas visitas, present¨® un recital de canciones; complejas, pero canciones.La m¨²sica de John Cale resulta hoy m¨¢s id¨®nea para un peque?o club, un caf¨¦ cantante o un cabaret, pero su carisma es capaz de hacer callar a un polideportivo. No es gran cantante, ni tampoco un gran pianista o guitarrista, pero la adecuaci¨®n de sus posibilidades a lo que quiere decir basta y sobra.
Santi Vega y John Cale
Santi Vega (piano, sintetizadores, flauta, voz), Josep Salvador (guitarra), Justo Lera (bajo), Vicente Climent (bater¨ªa), Lu¨ªs Dulzaides (percusi¨®n), Xavier Turull (tabla). John Cale (voz, piano, guitarra). Ciclo M¨²sica sin Fronteras Live. Setecientas personas. Precio: 2.000 pesetas. Carpa del Gran Cuartel del Conde Duque. Madrid, 25 de noviembre.
Como pianista ataca los acordes de forma percutiva, machacona y mon¨®tona, con pocas concesiones al arpegio y bastantes a los ?nales ca¨®ticos. Con la guitarra ac¨²stica, a veces recuerda a David Byrne por su agresividad. En los dos instrumentos, se muestra tan correcto como elemental. Como cantante, es dram¨¢tico en la expresi¨®n, lo que aumenta la tensi¨®n de unas composiciones que a veces desembocan en un lirismo un tanto duro, ¨¢spero y seco.
As¨ª las cosas, el recital no fue precisamente risue?o, pero John Cale logr¨® centrar el ambiente, crear clima y ofrecer su mejor actuaci¨®n de las realizadas en Madrid en plan francotirador. Un ¨¦xito meritorio por su dificultad, a pesar de la monoton¨ªa del planteamiento.
Amalgama
Antes del veterano radical, Santi Vega present¨® en directo su ¨²ltimo disco, Isla mujeres, en una curiosa amalgama de m¨²sicas, estilos e influencias. Desde el primer tema, que da t¨ªtulo al disco, el sonido t¨ªpico de Lyle Mays, teclista habitual de Pat Metheny, ahora con carrera en solitario -como demostr¨® en el mismo escenario hace escasos d¨ªas-, marc¨® claramente una de las fijaciones de Vega. La estructura de algunas composiciones y la utilizaci¨®n de su voz, adem¨¢s de la sonoridad, recordaron a un Metheny que, parad¨®jicamente, visitar¨¢ Espa?a en 1993 con otro planteamiento.Afortunadamente, la guitarra de Josep Salvador se escap¨® en un excelente solo por terrenos de Stuermer y Hollsworth, lo que personaliz¨® tina historia que result¨® mejor cuanto m¨¢s desmarcada. Con una base r¨ªtmica muy potente (Climent y Dulzaides), Santi Vega demostr¨® apertura de miras, interesantes acercamientos al piano solo y tener un alentador camino por recorrer, porque la noche madur¨®, una vez m¨¢s, con otro m¨²sico de la generaci¨®n de los sesenta.
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