El Ej¨¦rcito, un quebradero de cabeza para Fujimori
El intento de golpe quiebra la apariencia monol?tica de las Fuerzas Armadas de Per¨²
El fracasado intento de un grupo de militares para derrocar al presidente de Per¨², Alberto Fujimori, ha sacado a relucir el descontento de las Fuerzas Armadas. Motivos corporativistas, sueldos de miseria y agravios pendientes convierten el problema militar en un elemento desestabilizador de la nueva fuj¨ªdemocracia, aunque la elecci¨®n del Congreso Constituyente Democr¨¢tico (CCD) ha quitado legitimidad a nuevos intentos golpistas.
ENVIADO ESPECIAL, Los pron¨®sticos de los analistas se dividen estos d¨ªas en Lima a la hora de dise?ar posibles escenarios sobre la evoluci¨®n de las relaciones de las Fuerzas Armadas con la naciente fujidemocracia. Algunos opinan que la intentona del general retirado Jaime Salinas, el pasado viernes 13, fue el ¨²ltimo cartucho que pod¨ªa acabar con Fujimori, a nueve d¨ªas de la elecci¨®n del CCD. A partir de ahora, el ingeniero japon¨¦s ya no es un presidente de facto contra quien la rebeli¨®n queda legitimada por la Constituci¨®n de 1979.Otros consideran que la intentona de Salinas sac¨® a relucir las grietas y el descontento existentes en unas Fuerzas Armadas hasta entonces con apariencia monol¨ªtica. Se calcula entre 150 y 200 el n¨²mero de oficiales que permanecen estos d¨ªas detenidos e incomunicados en diferentes instalaciones militares tras el fallido contragolpe, que no fue la idea descabellada de un pu?ado de altos mandos retirados, como parec¨ªa en un primer momento. Tampoco fue un montaje de propaganda creado para favorecer a Fujimori y conseguir as¨ª una mayor adhesi¨®n popular.
El investigador de temas militares Enrique Obando, en una reciente entrevista con el diario La Rep¨²bblica, constata: "Las Fuerzas Armadas en este momento est¨¢n divididas. Hay los que est¨¢n con Fujimori y los que est¨¢n con su instituci¨®n. Hay fuerte descontento en el Ej¨¦rcito, sobre todo en oficiales de graduaci¨®n baja".
Los bajos sueldos constituyen sin duda la fuente principal de descontento. En Per¨² se puede hablar sin exageraci¨®n de unos militares proletarizados. Obando introduce el concepto de unas Fuerzas Armadas de media jornada, porque "a partir de la una de la tarde el personal es libre de ganarse los frijoles. Y estamos hablando de oficiales de alta graduaci¨®n". Seg¨²n el analista, "hay un nivel de desesperaci¨®n en los mandos medios. Un coronel o capit¨¢n de nav¨ªo gana aproximadamente unos 350 soles, y con los descuentos se convierten en 200 (unas 20.000 pesetas mensuales). Est¨¢n haciendo taxi, ense?ando en colegios, ingeni¨¢ndoselas como pueden. Trabajan a medio tiempo".
El mismo Fujimori reconoce que los sueldos de los militares son bajos, pero argumenta que lo mismo ocurre en los restantes sectores de la Administraci¨®n p¨²blica. No obstante, asegura Fujimori, "hay satisfacci¨®n, porque por primera vez despu¨¦s de muchos a?os hay una decisi¨®n pol¨ªtica para enfrentar el problema del terrorismo". Seg¨²n el presidente, Ias Fuerzas Armadas y la Polic¨ªa Nacional estuvieron atadas durante muchos anos por la indiferencia de los Gobiernos para encarar el problema".
Organizaci¨®n clandestina
La existencia de un profundo descontento, sin embargo, ha quedado plasmada en una organizaci¨®n clandestina que act¨²a dentro de las Fuerzas Armadas. Se trata de Comaca, nombre que une las s¨ªlabas iniciales de comandantes, mayores y capitanes. Asegura Obando que Comaca existe ya desde los tiempos en que el dirigente de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) Alan Garc¨ªa era presidente. En los primeros meses de 1990 hab¨ªa planeado un golpe para el caso hipot¨¦tico de que Garc¨ªa hubiese intentado perpetuarse en el poder.Para Obando, "en el mediano plazo podr¨ªa ocurrir un golpe de la Comaca, o de un comandante al estilo Venezuela. Se sienten traicionados por los altos mandos". A?ade el analista: "Hay dos Fuerzas Armadas, la de los altos mandos y la de los intermedios. Si Fujimori quisiera contentar a estos ¨²ltimos tendr¨ªa que solucionar el problema de los sueldos".
En estas condiciones, Fujimori necesitar¨¢ buen tino a la hora de manejar los problemas de las Fuerzas Armadas si no quiere que una crisis militar le obligue de nuevo a tener que buscar refugio en la Embajada de Jap¨®n, tal como ocurri¨® en el contragolpe.
Las piedras de toque sobre su buen pulso est¨¢n ya a la vuelta de la esquina. Antes de fin de a?o tendr¨¢n que decidirse los pases a retiro y ascensos de los mandos militares, cuando todav¨ªa est¨¢n abiertas las heridas de la fracasada intentona.
Por si fuera poco, es inminente el pro ceso contra los militares involucrados en la intentona golpista. Entre muchos mandos caus¨® indignaci¨®n la forma en que fueron detenidos los generales, perseguidos por la polic¨ªa como si fueran delincuentes comunes o vulgares terroristas. Esto es algo que la casta militar peruana no admite.
El cabecilla, el general Jaime Salinas, fue perseguido a tiros cuando trataba de acudir a entregarse al Cuartel General del Ej¨¦rcito. Su ch¨®fer result¨® herido y varios balazos atravesaron la carrocer¨ªa del veh¨ªculo. Otro militar de alta graduaci¨®n, el general Luis Palomino, al ser detenido por polic¨ªas de paisano en plena calle crey¨® que se trataba de un atentado terrorista y estuvo a punto de defenderse.
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