Xenofobia y verg¨¹enza propia

Como inmigrante espa?ol en Latinoam¨¦rica durante 11 a?os, no puedo sentir otra cosa que una enorme verg¨¹enza y repudio hacia los ¨²ltimos y lamentables sucesos que, producto de xenofobia o, lo que es lo mismo, ignorancia de algunas gentes, han provocado la muerte de la ciudadana dominicana Lucrecia P¨¦rez Martos.Durante todo el tiempo que he vivido, convivido y compartido mi vida con las personas de ese hermoso continente, llamado por nosotros, con sentido de hermandad, Hispanoam¨¦rica, s¨®lo tengo que agradecer hospitalidad, solidaridad y ayuda por parte de sus habitantes. Lamento, por tanto, enormemente que este a?o, en que ufanamente celebramos el V Centenario de lo que queremos sea orgullo de todos, ocurran hechos tan vergonzosos como el de Aravaca, en Madrid.

Me averg¨¹enzo ante mis amigos latinoamericanos, ante mi hijo, ciudadano argentino y espa?ol, orgulloso de ser ambas cosas y al que no s¨¦ c¨®mo explicar este hecho, y, sobre todo, ante un continente que espera, necesita y merece tanto de nosotros.

Quisiera que el t¨ªtulo de un libro de Ernesto S¨¢bato, conjuntamente con organismos pro derechos humanos de Argentina, acerca de las atrocidades que tambi¨¦n se cometieron en ese pa¨ªs durante la dictadura militar, Nunca m¨¢s, fuera el punto de partida para una postura coherente en nuestra sociedad hacia las minor¨ªas en general, que acuden a nosotros simplemente solicitando lo que ellos tantas veces nos dieron: acogida, trabajo digno y, sobre. todo, mucho, much¨ªsimo respeto.

Emigrante retornada.