M¨²sica con vistas

El patio de Conde Duque cerr¨® con Wim Mertens el ciclo de M¨²sica Sin Fronteras y el festival Oto?o en Conde Duque. Mertens sali¨® al escenario acompa?ado del clarinetista Dirk Descheemaeker creando, desde el primer momento, una atm¨®sfera intimista dif¨ªcil de sostener en un lugar de las caracter¨ªsticas de la carpa de Conde Duque.Tanto al p¨²blico como a los dos m¨²sicos les cost¨® tomar tierra; cualquier movimiento en la carpa se convert¨ªa en un molesto ruido de fondo que romp¨ªa con los silencios de la m¨²sica de Mertens. Pero pasada la primera media hora del concierto, la concentraci¨®n de los dos instrumentistas comenz¨® a dar sus frutos.

Wim Mertens, sentado frente a su piano de cola al que s¨®lo le permite sonidos de las escalas m¨¢s graves, condujo el concierto hacia una m¨²sica circular y lejana, que parece provenir de una habitaci¨®n con vistas, dibujadas magistralmente por el plano, la voz y el clarinete.

Su repertorio, siempre nutrido por las mismas sensaciones musicales, se present¨® con algunas novedades aunque no dej¨® de lado las inevitables versiones de piezas como A visifing car o las de su disco After virtue.

Pero hasta el final no lleg¨® lo mejor. La frialdad de la m¨²sica de Mertens se fue derritiendo y los dos m¨²sicos aprovecharon el momento preciso para cambiar su inicial rigidez y entregarse plenamente a su instrumento.

Despu¨¦s de las casi dos horas que dur¨® el concierto y tras un recorrido hipnotizante por el mundo musical de Mertens, el p¨²blico respondi¨® con intensos aplausos que cerraron la noche y el festival con el ¨¦xito del pianista y compositor belga en la carpa de Conde Duque.