Hambre y melancol¨ªa
Es una obra muy extensa con una interpretaci¨®n muy intensa: ganar¨ªa si el texto se concentrase m¨¢s, y en menos tiempo, y si la interpretaci¨®n, a partir de Rafael ?lvarez, El Brujo, fuese m¨¢s contenida, aunque es comprensible que le impulse a ello el ¨¦xito pasado con un personaje igual y obra del mismo autor; y que le siga alentando el sonoro ¨¦xito de esta obra, s¨®lo superado por la presencia en el escenario de Fernando Fern¨¢n-G¨®mez, autor; y compartida con Gerardo Malla.Un entusiasmo. Adem¨¢s de la excelente calidad y las biograf¨ªas de cada uno de ellos, en esta aclamaci¨®n interviene sin duda el gusto por esta creaci¨®n. Ser¨ªa m¨¢s del m¨ªo, y no niego que hago la cr¨ªtica seg¨²n mi gusto -contra los que pretenden un neutralismo, y es que parten de otro gusto-, una acci¨®n m¨¢s ligada y concentrada, menos por peque?os episodios: manera de construir que va siendo muy frecuente en el teatro actual.
El p¨ªcaro
Aventuras y desventuras de Lucas Mara?aDe Fernando Fern¨¢n-G¨®mez. Int¨¦rpretes: Rafael ?lvarez, El Brujo; Javier C¨¢mara, Juanjo P¨¦rez-Yuste, Jes¨²s Fuente, Ernma Cohen y otros. Escenografia y vestuario: Mario Bernedo. Direcci¨®n: Gerardo Malla. Festival de Oto?o. Teatro Alb¨¦niz. Madrid, 26 de noviembre.
Malla hace con ella, y utilizando los trajes y los escenarios de Mario Bernedo, una direcci¨®n pict¨®rica, a veces detenida en peque?os cuadros. A esa calidad pict¨®rica se une la literaria del texto de Fern¨¢n-G¨®mez; es un erudito de esa terrible ¨¦poca espa?ola del hambre, del reparto de casi nada entre pocos ricos y muchos pobres; sabe utilizar el vocabulario arcaizante con la gracia del anacronismo ligero y bien empleado, y con su sabidur¨ªa de hombre de teatro.
No s¨¦ si ser¨¢ mi propio mesmerismo el que me hizo ver en el saludo de Fern¨¢n-G¨®mez al p¨²blico, con las dos manos estrechadas sobre su cabeza, el de los antiguos -y, ya se ve, no tan antiguos- anarquistas; y esta acracia se revela en todo el texto, que es, m¨¢s que libre, libertario. Con m¨¢s dramatismo que en las obras originales, en la picaresca con que la Espa?a terrible se re¨ªa como pod¨ªa de su propia hambre. El paso del p¨ªcaro Lucas Mara?a -mara?a en el sentido de enredo, barullo- en esta narraci¨®n -es teatro narrativo- va revelando aquella terrible Espa?a de los Austrias que no mejorar¨ªan los Borbones.
Rafael ?lvarez domina la escena, naturalmente por encima del director, puesto que el papel¨®n es suyo, y su histrionismo es el eje; se podr¨ªa decir que es un mon¨®logo ilustrado y que muchos de los actores tienen, forzosamente, que plegarse a su personalidad, como Emma Cohen, que es su pareja, y que reparte con ¨¦l los graves y melanc¨®licos momentos de ternura. Ellos dos, con Luis Barbero, gracioso y p¨ªcaro de la banda del poder, destacaron m¨¢s en las ovaciones.
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