Callej¨®n sin salida para CAP
El presidente no puede recurrir al populismo porque ahora las arcas del Estado estan vac¨ªas
El presidente de Venezuela, el socialdem¨®crata Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, de 70 a?os, se encuentra en un callej¨®n sin salida, aunque llegase a dominar el golpe de Estado, cosa que a media tarde a¨²n no estaba del todo clara. Aferrado a la legitimidad que le confiere el hecho de haber sido elegido de forma democr¨¢tica por cinco a?os, P¨¦rez ha rechazado todos los intentos de acortar su mandato e insiste en cumplirlo hasta comienzos de 1994. Al mismo tiempo, P¨¦rez est¨¢ convencido de que no existe alternativa para su plan econ¨®mico de ajuste, porque no es posible hoy retornar a los tiempos del populismo de su primer mandato, entre 1974 y 1979, en los d¨ªas de la bonanza petrolera.
Ser¨¢ un t¨®pico, pero ¨¦sta es la cr¨®nica de un golpe anunciado. Desde que el pasado 4 de febrero el teniente coronel Hugo Ch¨¢vez se entreg¨®, despu¨¦s de su fracasada intentona, flotaba en el ambiente la limitaci¨®n que impuso a su rendici¨®n. Ch¨¢vez invit¨® a sus seguidores a rendirse "por ahora", lo que equival¨ªa a decir "hasta la pr¨®xima".Desde entonces, el desmantelamiento de P¨¦rez ha seguido una marcha implacable en todos los terrenos. En las Fuerzas Armadas, la brecha abierta por los llamados bolivarianos de Ch¨¢vez se agrand¨® con el apoyo que encontraron en la sociedad civil. Entre las fuerzas pol¨ªticas tampoco consigui¨® P¨¦rez un apoyo s¨®lido para su presidencia. El idilio con los democristianos de Copei, que pasaron de la oposici¨®n a ocupar algunos puestos en el Gabinete, no dur¨® mucho y no estabiliz¨® la sacudida democracia. Ni siquiera en su propio partido, Acci¨®n Democr¨¢tica (AD), contaba con una adhesi¨®n incondicional."No me tumbar¨¢n"Hace pocos d¨ªas el Senado venezolano aprob¨® una propuesta para que junto con las elecciones municipales y para gobernadores, previstas para el domingo 6 de diciembre, se realizase un plebiscito, en que el pueblo decidiese si se acortaba un a?o el mandato presidencial. P¨¦rez rechaz¨® esta posibilidad como un intento de "golpe de Estado legal" y se aferr¨® a la idea que constituye el motor de su acci¨®n pol¨ªtica desde el fallido golpe de Estado de febrero: "No me tumbar¨¢n".
P¨¦rez tiene presente un modelo que parece servirle de orientaci¨®n en su firmeza: el ejemplo de un antecesor en la presidencia, el gran l¨ªder de los adecos R¨®mulo Betancourt. Durante su presidencia a principio de los 60, Betancourt sufri¨® atentados, derrot¨® tentativas de golpe y combati¨® con ¨¦xito a la guerrilla financiada desde Cuba y apoyada por hombres como el ejecutado general Arnaldo Ochoa, quien luch¨® en la clandestinidad contra las Fuerzas Armadas y la polic¨ªa, cuyo mando ostentaba precisamente P¨¦rez desde el ministerio del Interior.
Curtido en esta escuela, P¨¦rez no es un hombre de los que entregan el poder o corra a refugiarse en una embajada, sino que piensa que la democracia se defiende, si es necesario con las armas. As¨ª lo demostr¨® el pasado 4 de febrero. En esta ocasi¨®n los golpistas aprendieron la lecci¨®n y se aseguraron el control de una emisora de televisi¨®n, para lanzar sus proclamas y tratar de ganar la guerra psicol¨®gica.
Desde los medios de comunicaci¨®n se ha sometido a P¨¦rez a un bombardeo permanente con acusaciones de corrupci¨®n. Hace tan s¨®lo unos d¨ªas, el periodista Jos¨¦ Vicente Rangel, un ex senador y ex candidato presidencial de la izquierda, muy vinculado a sectores militares, denunci¨® que el Gobierno venezolano se benefici¨® de los cambios preferenciales del d¨®lar en los primeros d¨ªas del Gobierno de P¨¦rez, en febrero de 1989, para financiar los gastos de la toma de posesi¨®n. El ex presidente democristiano Rafael Caldera, de 76 a?os, se ha convertido en la figura alternativa a P¨¦rez como articulador del sentimiento popular contra el presidente y a favor de una reducci¨®n de su mandato. Tambi¨¦n la mayor figura intelectual de Venezuela, el octogenario escritor Arturo Uslar Pietri, ha sido un t¨¢bano con sus continuos ataques contra P¨¦rez desde hace m¨¢s de un a?o.
Ante un panorama tan negro, la ¨²nica salida para P¨¦rez habr¨ªa sido recurrir al populismo, repartir prebendas a manos llenas, como en los d¨ªas de su primera presidencia, cuando el pa¨ªs se gan¨® a pulso el mote de Venezuela Saudita. Esto no es posible en estos tiempos, porque las arcas est¨¢n vac¨ªas y falta el volumen de ingresos de los d¨ªas de la primera presidencia de P¨¦rez.'Caracazo'El pueblo venezolano elegi¨® a fines de 1988 a P¨¦rez con el recuerdo de su primera presidencia. Pero cuando aplic¨® las medidas econ¨®micas de choque en febrero de 1989 a pocos d¨ªas de la toma de posesi¨®n y subi¨® la gasolina, que casi se regala en Venezuela, la respuesta fue el caracazo con un saldo de centenares de muertos. Tres a?os despu¨¦s vino el golpe de Ch¨¢vez y sus bolivarianos.
La situaci¨®n econ¨®mica de Venezuela no es mala, comparada con la de otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. Pero el pueblo no parece dispuesto a admitir el duro trayecto que lleva del populismo al neoliberalismo. P¨¦rez so?¨® con ser el timonel de este giro hist¨®rico, pero Venezuela no lo acept¨®.
En este caldo de cultivo, con una impopularidad y un rechazo que alcanza porcentajes escandalosos, el nuevo golpe era s¨®lo cuesti¨®n de tiempo y, si logra vencerlo, el camino hasta el fin de su presidencia ser¨¢ un verdadero calvario. P¨¦rez se encuentra en un callej¨®n sin salida.
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