Sangre contaminada

Luis Rodr¨ªguez El¨ªas, de 58 a?os, ha dado la cara al infortunio gracias al apoyo incondicional de su familia y algunos amigos. Contrajo el virus en 1984 al recibir una transfusi¨®n sangu¨ªnea tras una intervenci¨®n quir¨²rgica en un hospital p¨²blico, tal y como acaba de confirmar una sentencia del Tribunal Supremo. Cuatro a?os despu¨¦s de conocer el diagn¨®stico, inici¨® al tiempo la batalla contra la enfermedad y el Insalud en busca de justicia."Ha sido duro el proceso, pero finalmente he podido salvar mi honor", explica. "Ha sido dif¨ªcil demostrar que yo me contagi¨¦ por una transfusi¨®n de sangre, y he ganado el juicio gracias a toda la documentaci¨®n presentada por el doctor Jorge Del Romero. A pesar de que la primera sentencia fue apelada, hemos vuelto a ganar. Los 25 millones de pesetas que he conseguido en concepto de indemnizaci¨®n s¨®lo me sirven para darme un poco de tranquilidad en el momento de la muerte, al saber que mis hijos no se quedan tan desamparados".

El sida le ha ayudado a distinguir a los verdaderos amigos. Uno de ellos le ayud¨® econ¨®micamente y gracias a ¨¦l pudo iniciar las acciones contra la Administraci¨®n. Rodr¨ªguez El¨ªas pasa ahora una de las peores etapas de su enfermedad. Le supone un gran esfuerzo hablar, est¨¢ muy d¨¦bil y totalmente inapetente.