Bundestag ratifica Maastricht con una cl¨¢usula de protecci¨®n de soberan¨ªa

El Bundestag, el Parlamento alem¨¢n, ratific¨® ayer casi por unanimidad el Tratado de Maastricht. Pese a esta muestra de europe¨ªsmo, Alemania se dot¨® ayer de una cl¨¢usula por la que su entrada en la uni¨®n monetaria europea y cualquier otra cesi¨®n de soberan¨ªa exigir¨¢ el voto a favor de los dos tercios del Parlmento. El canciller Helmut Kohl, que hab¨ªa lanzado una advertencia contra "el fantasma del nacionalismo", urgi¨® a Dinamarca y al Reino Unido a que ratifiquen el tratado antes de la primera mitad de 1993 y se mostr¨® inflexible ante las condiciones especiales que pretende conseguir Copenhague.S¨®lo 17 diputados, los comunistas renovados del PDS y algunos diputados de Los Verdes-Alianza 90, m¨¢s el socialdem¨®crata Peter Conradi, que se quejaba del d¨¦ficit democr¨¢tico del proyecto, votaron en contra del tratado. Los restantes 543 votaron a favor. No hubo ninguna sorpresa, ya que tanto los tres partidos de la coalici¨®n gubernamental como la oposici¨®n socialdem¨®crata hab¨ªan llegado hace tiempo a un acuerdo sobre el tema.

El Bundesrat, la C¨¢mara territorial, tiene prevista la ratificaci¨®n el pr¨®ximo d¨ªa 18. S¨®lo la C¨¢mara alta holandesa y el Parlamento portugu¨¦s tienen pendiente la ratificaci¨®n del tratado antes de la inicial fecha tope de fin de a?o.

El Gobierno, consciente del profundo temor que inspira a los alemanes la p¨¦rdida de su moneda en un futuro cesto europeo, consigui¨® incluir una resoluci¨®n de ocho puntos en la que se ¨ªndica, entre otras cosas, que 1a estabilidad de la moneda debe ser garantizada en cualquier circunstancia". Para ello, Alemania se ha dotado, a posteriori, de una cl¨¢usula similar a la conseguida por el Reino Unido hace un a?o en la ciudad holandesa, que consiste en requerir una mayor¨ªa cualificada de dos tercios en el Parlamento para la entrada en la uni¨®n monetaria. En realidad, esta mayor¨ªa cualificada se aplicar¨¢ a todas las decisiones qu9 incluyan transferencias de soberan¨ªa a Bruselas.

Los socialdem¨®cratas consiguieron incluir los elementos supuestamente destinados a paliar el "d¨¦ficit democr¨¢tico" que se atribuye a la Comunidad, as¨ª como a asegurar un mayor papel a las regiones, en este caso los l?nder federados, en la uni¨®n europea. Una reforma constitucional permitir¨¢ incluso, en algunos casos, que los negociadores que vayan a Bruselas representen directamente a los Estados federados y no al Gobierno de Bonn. En su relaci¨®n con la CE, Alemania se parecer¨¢ m¨¢s a una confederaci¨®n que a la federaci¨®n que es.

El discurso del canciller Helmut Kohl respondi¨® a su ya cl¨¢sico modelo europe¨ªsta y antinacionalista. "Que nadie crea que el fantasma del nacionalismo est¨¢ finalmente muerto o s¨®lo anda vagando por los Balcanes", dijo. "Europa no est¨¢ inmunizada contra la intolerancia y el nacionalismo". El canciller tuvo palabras duras con los dos pa¨ªses rebeldes de la CE. "Una Europa a la carta, en la que cada socio escoja s¨®lo lo que m¨¢s le gusta no puede ser nuestro objetivo, como tampoco el de una Europa que ha de moverse a la velocidad del barco m¨¢s lento de la flotilla".

En el terreno monetario, el punto m¨¢s pol¨¦mico de su pol¨ªtica europe¨ªsta y donde m¨¢s a la contra se encuentra la opini¨®n p¨²blica alemana, el canciller hizo lo posible para tranquilizar a sus votantes.