Epitafios

Vemos publicado en las p¨¢ginas de su diario dedicadas a Madrid un art¨ªculo titulado Paseo por la sonrisa y la muerte, en el que se hace referencia a la sepultura de nuestro amigo Nicasio. El texto de su epitafio no es el que ustedes publican y que dice as¨ª: Ning¨²n muerto vale m¨¢s de dos reales, sino este otro: No hay muerto que valga dos reales. La intenci¨®n de sus amigos -no ten¨ªa familiares conocidos- al encargar una l¨¢pida con esta inscripci¨®n no fue otra que la de rendir homenaje a su excelente sentido del humor, recordando algo que sol¨ªa repetir muy a menudo entre trago y trago. Si alguien mirara dentro de su caja encontrar¨ªa, adem¨¢s, el espejo que le hubiera gustado tener delante para verse la cara despu¨¦s de muerto. ?Qu¨¦ decir de la estupidez de quien no duda en ensuciar con una pintada ramplona la l¨¢pida de un desconocido para lavar la ofensa que supone a la memoria de sus car¨ªsimos difuntos? Cuando Nicasio levantaba su vaso para brindar, dec¨ªa: "Por el qu¨¦ dir¨¢n". -