S¨¢tira

Con la huevera cuadrada en la poltrona, marcando paquete como antiguos diestros de naipe, un grupo de catedr¨¢ticos de la Universidad Complutense ha rendido homenaje a un torero muerto de cuya alternativa se cumplen 50 a?os. El Sal¨®n de Grados de la Facultad de Derecho se llen¨® de ganaderos, juristas, picadores, futuros letrados, monosabios, profesores y gente que tira de las mulillas, y no se sabe si el decano y su cuadrilla en la tribuna se tocaron para la ocasi¨®n con una montera de falso astrac¨¢n en lugar de birrete, ya que en esta sesi¨®n acad¨¦mica no se honraba a un se?or que en vida hubiera descubierto una vacuna, aislado un virus o sentado alguna doctrina cient¨ªfica, sino a un maestro en el percal que a base de estocadas sacrific¨® miles de reses en la plaza p¨²blica, con el volumen de sangre cuajada que eso supone. Antonio Bienvenida, el homenajeado, fue un caballero, nadie lo duda, pero eso no es obst¨¢culo para que la Universidad, al honrarle oficialmente como torero, se denigre a s¨ª misma hasta la degradaci¨®n. Con este rector castizo que va loco cabalgando su propia imaginaci¨®n, el pr¨®ximo disparate no se har¨¢ esperar: pronto veremos un encierro en la Universitaria con toros y cabestros corriendo hasta el Aula Magna, donde se instalar¨¢n los toriles, y a continuaci¨®n habr¨¢ festejos con mucho deg¨¹ello en el Paraninfo, hasta que todo ese ¨¢mbito de cultura huela con propiedad a excremento de vacuno, y no s¨®lo metaf¨®ricamente como ahora hiede. Y si la Universidad Complutense no es famosa por ning¨²n investigador conocido ni sabio homologable, al menos ser¨¢ posible confeccionar una orla cada a?o de catedr¨¢ticos y alumnos vestidos con traje de luces que sirva para etiquetar botellas de an¨ªs. Vivimos tiempos en que, seg¨²n las mentes fr¨ªvolas, todo vale: cualquier torero puede ser declarado doctor honoris causa por la Universidad, de modo que tambi¨¦n puede ir su rector a limpiar los cuajarones de sangre a Las Ventas al final de cada lidia, vestido de arenero y con birrete de huevo hilado, si tanto le gusta la fiesta.