La batalla contra las mareas negras

Las barreras flotantes o la absorci¨®n del petr¨®leo, aunque primitivas, son las dos ¨²nicas t¨¦cnicas seguras para combatir las mareas negras en un primer momento, tal y como se est¨¢ haciendo ahora frente a las r¨ªas gallegas tras la cat¨¢strofe del Mar Egeo, aunque sea con escaso ¨¦xito a causa del temporal. La utilizaci¨®n de disolventes acarrea el peligro de que pueden tener efectos contaminantes peores que los del propio crudo. A medio plazo ser¨¢ cuando puedan emplearse medios m¨¢s sofisticados, como el uso de bacterias capaces de devorar los hidrocarburos

Todos los especialistas que se las han tenido que ver con mareas negras tienen una obsesi¨®n: se ha de evitar como sea que el petr¨®leo alcance la costa. En alta mar, los efectos de la cat¨¢strofe no son en absoluto despreciables, pero no se pueden comparar con el desastre que supone la destrucci¨®n de la vida en la costa, donde se concentran el mayor n¨²mero de especies. En este sentido, el aparatoso accidente del Mar Egeo no pod¨ªa ser peor, al producirse en la, mism¨ªsima costa, junto a una gran ciudad y en una zona de gran riqueza marina.A partir de este p¨¦simo punto de partida, algunas circunstancias est¨¢n coadyuvando a paliar en parte el desastre. En primer lugar, el hecho de que parte del crudo se haya consumido en el incendio inicial. "Visto con perspectiva, el incendio puede considerarse positivo, gracias al hecho de que los vientos no soplaban hacia La Coru?a", explica el qu¨ªmico Ram¨®n N¨²?ez, director de la Casa de las Ciencias.

Un segundo factor atenuante es la composici¨®n del crudo derramado: es muy ligero, por lo que "cabe prever que el 50% se volatilice de forma inmediata" y deje as¨ª de ser un motivo de preocupaci¨®n, prosigue N¨²?ez. Adem¨¢s tiene un bajo contenido de compuestos arom¨¢ticos (el 14%), la parte t¨®xica del crudo.

Pero estos factores favorables se ven negativamente contrapesados en estos primeros d¨ªas del desastre por la gran dificultad que se est¨¢ encontrando, a causa de la persistente mala mar, para aplicar las t¨¦cnicas de choque de la primera fase: las barreras flotantes y la utilizaci¨®n de m¨¢quinas capaces de absorber el crudo.

En fases posteriores, sin embargo, s¨ª va a ser posible la intervenci¨®n humana para paliar los efectos de la cat¨¢strofe, una vez la marea negra se haya estabilizado, tras asentarse en determinados puntos de la costa, en muchos de los cuales habr¨¢ pr¨¢cticamente aniquilado la vida.

Joan Grimalt, especialista en qu¨ªmica ambiental del CSIC, subraya que tras la cat¨¢strofe del Exxon Valdez en Alaska, en 1989, se ha experimentado con ¨¦xito el uso de nutrientes -compuestos por nitratos, f¨®sfatos y sales de potasio- que facilitan el desarrollo y la acci¨®n de determinadas bacterias que degradan los hidrocarburos. Se trata de una ayuda exterior que facilita la labor de esos microorganismos, ya presentes en el medio en peque?as proporciones. Otra variante, consiste en aportar a los puntos de costa contaminados cepas de ese tipo de bacterias desarrolladas en laboratorios, pero esta t¨¦cnica est¨¢ menos experimentada y a¨²n despierta recelos.

Todo ello, no deber¨ªa marginar algo tan simple como la decidida utilizaci¨®n de excavadoras y contenedores para limpiar lo m¨¢s aparente del desastre y lograr que las playas coru?eras est¨¦n limpias antes del verano, seg¨²n subraya Ram¨®n N¨²?ez.