Nueva prueba de fuego en las urnas para socialistas y democristianos de Italia

Un mill¨®n de electores repartidos por 62 municipios, desde Varese, en Lombard¨ªa, hasta Reggio Calabria, en la punta de la bota it¨¢lica, votaron ayer y seguir¨¢n haci¨¦ndolo hoy para renovar sus ayuntamientos. Se trata de apenas el 3,5% de los italianos con derecho a voto, pero los comicios son relevantes y representan una nueva prueba de fuego para los partidos, sobre todo para el Partido Socialista Italiano (PSI) y la Democracia Cristiana (DC) que, previsiblemente, sufrir¨¢n fuertes p¨¦rdidas.Dos cuestiones fundamentales se juegan en estos comicios: la continuidad del crecimiento de la Liga Norte, como voto de rechazo de la vieja pol¨ªtica, y la consiguiente prolongaci¨®n de la decadencia de los partidos que han gobernado en las ¨²ltimas d¨¦cadas y que son, por tanto, m¨¢s representativos del sistema.

El hecho de que la muestra electoral sea reducida cuenta poco frente al clima de cambio de r¨¦gimen que vive Italia y a las repercusiones que los resultados pueden tener en unos partidos muy desgarrados por tensiones internas derivadas de esa misma circunstancia.

La liga de Umberto Bossi concurre, sobre todo en los municipios lombardos de Monza y Varese, con el obst¨¢culo inicial de no haber logrado formar concejo en Mantua, otro Ayuntamiento importante del Norte, a pesar de haber vencido en las elecciones del pasado mes de septiembre, que, por ese fracaso posterior de la liga, tendr¨¢n que ser repetidas. Democristianos y socialistas afrontan, en cambio, la perspectiva de perder m¨¢s votos no s¨®lo en el Norte, sino tambi¨¦n en Reggio Calabria, donde tres ex diputados de la DC y uno del PSI ha sido recientemente acusados de haber encargado a la mafia local, la N'Dranghetta, el asesinato de otro pol¨ªtico democristiano que fue importante en la zona.

La incidencia global de esos factores ser¨¢ catastr¨®fica para los partidos tradicionales, seg¨²n sondeos publicados el pasado s¨¢bado: los socialistas perder¨ªan el 40% de sus electores; la DC, el 20%, y el Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS), ex comunista, un 10%.

Tales resultados ser¨ªan una inmanejable patata caliente para el nuevo secretario democristiano, Mino Martinazzoli, quien ha advertido que una cuota electoral inferior al 30% representa para la DC un riesgo insuperable de escisi¨®n, y para el l¨ªder socialista Bettino Craxi, que se enfrenta a una fuerte disidencia interna por primera vez desde que, en 1976, asumi¨® al secretar¨ªa.