Craxi mantiene la inc¨®gnita sobre su dimisi¨®n

Bettino Craxi, ex presidente del Gobierno y actual secretario general del Partido Socialista Italiano (PSI), acus¨® ayer a los medios de comunicaci¨®n de "haber transgredido los l¨ªmites de la verdad y la justicia" con las informaciones sobre su situaci¨®n de investigado por de Ritos de corrupci¨®n pol¨ªtica, y afirm¨® que no permitir¨¢ que las agresiones y las mentiras" lo derriben. El l¨ªder socialista mantuvo as¨ª la duda. de si se apartar¨¢ de la direcci¨®n del partido.

Hoy la c¨²spide del PSI celebra una reuni¨®n, cuyo desenlace es una inc¨®gnita. Ayer se daba por descontado que Craxi pondr¨ªa al menos su cargo a disposici¨®n de su partido durante ese encuentro. El salto cualitativo que ha supuesto en la crisis italiana la apertura de un sumario contra Craxi por presuntos delitos derivados de la percepci¨®n ilegal de unos 35.000 millones de liras (m¨¢s de 2.500 millones de pesetas) destinados al partido est¨¢ teniendo una consecuencia parad¨®jica: las presiones declaradas en pro de la dimisi¨®n del secretario socialista disminuyen precisamente cuando su relevo parece m¨¢s urgente.

Dentro del PSI se ha impuesto la tendencia a formar una pi?a en tomo a Craxi sobre el asunto de la corrupci¨®n, que, por afectar tanto al secretario como a su segundo, el ex ministro de Exteriores Gianni de Michelis, y a otros seis diputados socialistas, salpica globalmente al partido. El martes, un tribunal notific¨® otra investigaci¨®n por el presunto delito de compra de votos que afecta al ministro socialista de ?reas Urbanas, Carmelo Conte.Quienes desean un r¨¢pido cambio de secretario en el PSI justifican su aspiraci¨®n por los malos resultados que el partido obtuvo en las elecciones municipales parciales del pasado lunes. As¨ª, el vicesecretario dimisionario Giulio di Donato, hombre pr¨®ximo a la corriente del ministro de Justicia, Claudio Martelli, que disputa a Craxi el liderazgo del partido, ha dicho: "Tenemos que plantear s¨®lo el problema del resultado electoral, porque sobre el problema judicial s¨®lo podemos expresar solidaridad".Motivos de prudencia

Tambi¨¦n es el problema electoral la base de la petici¨®n de dimisi¨®n inmediata lanzada por la agrupaci¨®n del PSI en Trento. Pero estas voces son totalmente excepcionales. La mayor¨ªa de los socialistas observa una actitud moderada, que tambi¨¦n comparten los l¨ªderes de los partidos tradicionales. Ni siquiera el l¨ªder ex comunista Achille Occhetto ha tratado de hacer sangre.,

. Los motivos de esa prudencia son dobles. Por un lado, la corrupci¨®n financiera afecta a todos los grandes partidos, de modo que tanto los dirigentes de la Democracia Cristiana como los del Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (PDS), heredero del Partido Comunista Italiano (PCI), est¨¢n expuestos a recibir notificaciones judiciales como la de Craxi.

Por otro, se encuentra el temor de que los problemas del l¨ªder socialista puedan arrastrar a su correligionario Giuliano Amato, presidente de un Gobierno de cuatro partidos que salieron muy mal parados de las ¨²ltimas elecciones municipales. Ninguno de los partidos tradicionales desea que se celebren elecciones antes de que sea reformado el sistema electoral proporcional que el pasado mes de abril se tradujo en la fragmentaci¨®n del voto.

La disoluci¨®n del Parlamento es deseada, en cambio, por algunos de los movimientos emergentes que avanzan en cada convocatoria electoral. As¨ª, La Rete y los neofascistas piden elecciones para una Asamblea Constituyente y afirman que el sistema actual no tiene capacidad de autorreformarse. La Liga del Norte denuncia tambi¨¦n que el Gobierno de Amato ha sido deslegitimado por el mill¨®n de italianos que acaban de votar, pero no quiere otras elecciones con el sistema vigente.

Craxi repite, entretanto, que nunca ha sido corrupto ni ha corrompido a nadie y hace ver que la idea de dimitir no le seduce: "Antes de tomar cualquier decisi¨®n, hablar¨¦ con los compa?eros. Quiero tranquilizarles porque esta historia no se tiene realmente en pie", declar¨® el martes.

El problema es qui¨¦n puede sustituir a Craxi, y ah¨ª una vez m¨¢s vuelve a ponerse en juego la estabilidad del Gobierno. Craxi no aceptar¨ªa una sustituci¨®n humillante, ni que su sucesor sea Martelli. El candidato de consenso ser¨ªa Amato, pero hasta ahora nunca ha ocurrido en Italia que el secretario de un partido sea el jefe del Ejecutivo.