La crisis de KIO

EL MEMOR?NDUM que firmaron el pasado domingo las autoridades espa?olas y kuwait¨ªes seg¨²n el cual ambos pa¨ªses se comprometen a encontrar una soluci¨®n a la crisis de las inversiones del grupo Torras, al mismo tiempo que se garantiza alguna continuidad de las mismas y la evitaci¨®n de nuevas suspensiones de pagos, es una buena aunque tard¨ªa noticia. Lo cierto es que se deb¨ªa haber actuado mucho antes.Todo parece indicar que el empe?o por atraer el capital extranjero a Espa?a no s¨®lo se ha hecho con el sacrificio del car¨¢cter selectivo de dichas entradas, sino tambi¨¦n a costa del necesario control, bien de las consideraciones sectoriales, bien de la magnitud de la inversi¨®n que en pura l¨®gica ha de guiar esas autorizaciones. Y ello sin menospreciar la laxitud en la interpretaci¨®n y aplicaci¨®n de la normativa sobre inversiones extranjeras en Espa?a, en especial lo dispuesto acerca de la titularidad de los inversores: la inversi¨®n de KIO es de un Gobierno extranjero, y deber¨ªa haber sido aprobada por el Consejo de Ministros. Y si, como dice el Gobierno espa?ol, los gestores de Torras -el equipo que encabezaban entonces el espa?ol Javier de la Rosa y los kuwait¨ªes Muhamed al Sabah y Fouad J. Jaffar- aseguraron en documento p¨²blico que la inversi¨®n era privada, desde sociedades radicadas en la CE, y se demuestra que se han aportado datos falsos, el Gobierno debe adoptar medidas penales por la v¨ªa urgente.

Las noticias que por goteo (aunque selectivo; hay medios que no publican nada o s¨®lo las versiones oficiales) se publican sobre los avatares del grupo KIO muestran una escasa capacidad de control sobre la gesti¨®n de dicho grupo. Sorprende en ese caudal informativo la falta de transparencia, las irregularidades contables o las pr¨¢cticas fiscales discutibles. Todo ello cuestiona, en definitiva, la capacidad de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para garantizar la necesaria transparencia de las empresas que cotizan en Bolsa y, con ella, la protecci¨®n de los intereses de los accionistas sin capacidad de control sobre las mismas. Las sospechas del ministro de Econom¨ªa acerca del grado de correcci¨®n de la primera auditor¨ªa, seg¨²n se?al¨® en la entrevista que public¨® EL PA?S el pasado domingo, son, igualmente, preocupantes a este respecto. Las informaciones que empiezan a conocerse sobre la magnitud de los beneficios de las operaciones de compraventa intemas de acciones apuntan a serias irregularidades ante las que la CNMV no ha reaccionado. No es la primera vez que dicha comisi¨®n reacciona cuando el asunto est¨¢ ya en la prensa. Paralelamente a esa sensaci¨®n de marginaci¨®n de lo que de relevante ocurre en nuestros mercados de valores, esa instituci¨®n parece hacer valer las capacidades que le otorga la ley para definir excesivas barreras burocr¨¢ticas a cuestiones no esenciales.

En todo caso, los antecedentes del responsable de los intereses del grupo KIO en Espa?a exig¨ªan una atenci¨®n m¨¢s estrecha. El Gobierno de Kuwait parece que ha pedido a las autoridades espa?olas una investigaci¨®n jur¨ªdica sobre el ex vicepresidente de Torras Javier de la Rosa. Debe hacerse cuanto antes. Todo lo anterior pone de manifiesto una sensaci¨®n de vulnerabilidad ante decisiones de inversores extranjeros que ha de preocupar m¨¢s a nuestras autoridades que esa urticaria a la que, al parecer, resulta tan proclive el ministro de Econom¨ªa ante la intervenci¨®n estatal.