'Lolita' calienta el invierno ruso
Se estrena en Mosc¨² una version esc¨¦nica de la legendaria novela de Vlad¨ªmir Nabokov
Lolita, la ni?a convertida por el escritor ruso VIad¨ªmir Nabokov -que siempre llor¨® la p¨¦rdida de su lengua madre- en s¨ªmbolo de las fantas¨ªas er¨®ticas del complejo personaje Humbert Humbert, ha llegado por fin a los escenarios rusos de la mano del director teatral Rom¨¢n Viktiuk, que acaba de estrenar con gran ¨¦xito la versi¨®n esc¨¦nica de la novela en Mosc¨². Viktiuk, de 46 a?os, es el director de moda en la segunda temporada teatral del poscomunismo ruso, cuando las representaciones teatrales ya no tratan de adoctrinar a nadie, ni aspiran tampoco a aclarar el presente y el pasado del pa¨ªs. Rusia rescata as¨ª una parte de su cultura desperdigada por el mundo y el invierno ruso se calienta un poco.
Viktiuk ley¨® Lolita por primera vez en polaco, ya que la novela de Nabokov tan s¨®lo lleg¨® a publicarse legalmente en la URSS en 1989 (al igual que Archipi¨¦lago Gulag de Alexandr Solzhenitsin), en una de las ¨²ltimas hornadas de obras "malditas", recuperadas por la pol¨ªtica de la gl¨¢snost.Est¨¦tica, Forma y Belleza son las banderas bajo las que se arropa el esteta Viktiuk. Estos nuevos lemas han sustituido al realismo socialista de los tiempos de Leonid Br¨¦znev y a la busca de la verdad que caracteriz¨® al teatro en los tiempos de la perestroika de Mija¨ªl Gorbachov. Viktiuk se dedicaba por entonces a poner en escena a autores como Ludmila Petrush¨¦vskaya o Alexandr Vamp¨ªlov, que eran s¨ªmbolos de una resistencia interna a los estereotipos oficiales del arte.
La pol¨ªtica y el arte hoy en Rusia ni coinciden ni convergen. Con Lolita, y anteriormente con Las Criadas de Jean Genet y Madame Butterfly, Viktiuk aspira a "elevar el esp¨ªritu y el estado de ¨¢nimo a trav¨¦s de la est¨¦tica y la espiritualidad", nos dice ¨¦l mismo.
Espacialmente, Viktiuk ha situado la versi¨®n teatral de Lolita, escrita por Edward Albee, en una pir¨¢mide formada por una estructura met¨¢lica y espejos. Los personajes deambulan por el escenario, como si fueran artistas de circo, y son acompa?ados por la m¨²sica de la pel¨ªcula Candilejas de Charles Chaplin, lo cual imprime un tono sentimental al conjunto.
Viktiuk, sin embargo, no se queda con un solo g¨¦nero, porque ¨¦l defiende el eclecticismo como el estilo m¨¢s adecuado para este fin de siglo. "El postmodernismo, el espacio est¨¦tico en el que vivimos hoy, incluye todas las tendencias. El eclecticismo es una forma de existencia. En mi teatro, puedo incluir el ballet, el circo, el drama, lo que quiera, como si fuera un arquitecto que combinara distintos estilos en un mismo edificio". Viktiuk dice estar a favor de una "s¨ªntesis que una a todo lo que se ha descubierto a lo largo de la existencia de la humanidad". El director teatral piensa que en el futuro habr¨¢ que volver a un nuevo clasicismo, a Grecia. "Pero ¨¦ste es un objetivo para el siglo XXI", sostiene.
Esteta del erotismo
Rom¨¢n Viktiuk es oriundo de Lvov (Ucrania) y se siente heredero de las culturas europeas -alemana, polaca, ucirania y rusa- que han convergido a lo largo de la historia en ese punto geogr¨¢fico. En las tradiciones rusas, le interesan los fil¨®sofos religiosos de principios de siglo, los pensadores que fueron expulsados por Lenin en los a?os veinte, y tambi¨¦n Gogol, Dostoievski y Tolst¨®i. De Occidente, se queda con la m¨²sica de Mahler, la literatura de Proust y Joyce, el cine de Visconti y Fellini, la pintura de Picasso, Dal¨ª y El Greco.Viktiuk es un virtuoso en erotismo esc¨¦nico, sobre todo el homosexual, que impregna toda su obra y se manifiesta en una m¨ªmica expl¨ªcita, pero mantenida siempre dentro de unos l¨ªmites. "Se trata de l¨ªmites art¨ªsticos y no de concesiones al puritanismo", aclara Viktiuk, seg¨²n el cual el p¨²blico occidental es m¨¢s puritano que el ruso.
En la Lolita de Viktiuk, la relaci¨®n entre los dos protagonistas masculinos es m¨¢s importante que la pasi¨®n por el personaje femenino, desdibujado y abstracto. El frustrado seductor, Humbert Humbert, no responde a la descripci¨®n de Nabokov. En la versi¨®n de Viktiuk, el hombre maduro de buena presencia deja paso a un personaje enclencle y torturado. Viktiuk explica que esa caracterizaci¨®n responde a un intento de "rusificar" a Humbert Humbert. Lolita, un personaje angelical mientras se mantiene en el fondo del escenario, revela la complexi¨®n atl¨¦tica de una jugadora de baloncesto en cuanto se acerca a los espectadores, haciendo aparecer como un enano a Humbert Humbert.
Ahora que ya "se puede aqu¨ª pensar en el sexo", Viktiuk est¨¢ planeando otro montaje dedicada a la gran poeta rusa Marina Tsvet¨¢ieva y a la relaci¨®n que mantuvo con otra mujer escritora llamada Sofia Parnok, tambi¨¦n poeta. Y se teme que su nuevo montaje provocar¨¢ indignaciones, porque rompe la imagen tradicional de la escritora. "Algunos", se?ala, "pensar¨¢n que se trata de una destrucci¨®n de Tsvet¨¢ieva, pero yo no pretendo destruirla, sino mostrarla bajo una nueva luz".
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