Los otros muertos de Benar¨¦s

ENVIADA ESPECIAL

Antes de las siete de la tarde, cuando comienza el toque de queda en Benar¨¦s, las hogueras de las cremaciones de ornamentados e incluso alegres cad¨¢veres crepitan a la orilla del santo r¨ªo Ganges, enviando a los muertos a una dimensi¨®n m¨¢s apacible que la que sufrieron en su anterior reencarnaci¨®n. No hubo paz, sin embargo, para 22 v¨ªctimas -17, seg¨²n la polic¨ªa- entre hind¨²es y musulmanes, que murieron en el cercano barrio de Lotha, a 10 kil¨®metros del centro de Benar¨¦s, a causa del frenes¨ª producido por la destrucci¨®n de la mezquita de Ayodhya, el pasado 6 de diciembre.

Un fuego que no se ha apagado del todo. El jueves murieron al menos tres personas a causa de enfrentamientos ¨¦tnicos en la ciudad occidental de Ahmedabad y el d¨ªa de Navidad la policia arrest¨® en Falzabad, en el norte, a m¨¢s de dos mil hind¨²es que intentaban volver de nuevo a Ayodhya.

Otra mezquita amenazada

En la m¨¢s venerada ciudad de la India, adonde vienen los hind¨²es a bien morir en el r¨ªo que consideran personificaci¨®n del dios Shiva, se halla la segunda mezquita, la de Gyanvapi, amenazada por los integristas hind¨²es del Vishwa Hind¨² Parishad (VHP), fan¨¢tico aliado del partido Barahatiya Janata (BJP), la principal formaci¨®n de la oposici¨®n al gobernante Partido del Congreso (I).Los airosos minaretes color a?il y las encantadoras c¨²pulas de la mezquita permanecen bajo la custodia de un centenar de polic¨ªas que la rodean, y que tarribi¨¦n se encuentran apostados en las azoteas de las casas hind¨²es circundantes.

Una subestaci¨®n el¨¦ctrica ha sido instalada para que, en caso de corte de fluido el¨¦ctrico -frecuente en el centro de Benar¨¦s-, no dejen de funcionar los potentes reflectores que, durante la noche, iluminan hasta el movimiento de una hoja. Pero, como dice un sant¨®n que esta rezando en el ghat (escalinatas que se sumergen en el Ganges): "?Qui¨¦n puede detener a los hind¨²es si se proponen hacer lo mismo que en Ayodhya, destruir la mezquita? ?La polic¨ªa? ?El Gobierno? No me haga re¨ªr".

En Benar¨¦s, con el toque de queda y la presencia policial poblando las pintorescas callejuelas, todos andan preocupados, por temor a que el turismo deje de venir o por el auge que est¨¢ adquiriendo el integrismo hind¨². Como dice Manohar Khadilkar, periodista del Nothern India Patrika, uno de los peri¨®dicos locales, "nadie sabe lo que puede ocurrir en los pr¨®ximos d¨ªas".