El Grupo Popular acusa a Nacho Duato de discriminar a parte del personal art¨ªstico
La Compa?¨ªa Nacional de Danza ha cambiado de nombre cinco veces, y cuatro de director
La diputada del Grupo Popular Loyola de Palacio ha preguntado al Gobierno en el Congreso por la situaci¨®n actual de la Compa?¨ªa Nacional de Danza, antiguo Ballet L¨ªrico Nacional, que dirige el valenciano Nacho Duato. En un escrito de m¨¢s de seis p¨¢ginas presentado el d¨ªa 30 de diciembre pasado, la diputada por Segovia re¨²ne una amplia informaci¨®n sobre la crisis que atraviesa la compa?¨ªa desde hace m¨¢s de dos a?os, con, asegura, evidentes discriminaciones de parte del personal art¨ªstico y de irregularidades profesionales de Nacho Duato.
Las datos aportados por Loyola de Palacio coinciden con las manifestaciones de un elevado n¨²mero de bailarines, actualmente apartados por el director de su trabajo esc¨¦nico regular, y con el comit¨¦ de empresa de la compa?¨ªa. Nacho Duato no pudo ser localizado por este diario.Esta es la tercera vez que el principal partido de la oposici¨®n se interesa en el Congreso de los Diputados por la situaci¨®n de la danza y el ballet en Espa?a, y ya en 1990 y 1991 hubo interpelaciones por la distribuci¨®n de las subvenciones en esta especialidad y por la l¨ªnea art¨ªstica de la que fuera compa?¨ªa nacional cl¨¢sica.
M¨¢s del 70% de los bailarines del antiguo Ballet L¨ªrico protagonizaron una huelga el 28 y 29 de diciembre de 1991 justo al inicio de la temporada de la agrupaci¨®n en este teatro, con una manifestaci¨®n p¨²blica a las puertas del coliseo de la calle Jovellanos y donde se denunciaban en enormes pancartas hasta los honorarios de Duato como core¨®grafo y director, que, seg¨²n los manifestantes, ascend¨ªan a m¨¢s de 54 millones de pesetas en un a?o y medio de gesti¨®n.
Al llegar al puesto de director art¨ªstico a mediados de 1990, Duato, que resid¨ªa desde hac¨ªa 10 a?os en Holanda, prometi¨® p¨²blicamente varias veces que mantendr¨ªa un repertorio mixto que compensara el trabajo de m¨¢s de 12 a?os de l¨ªnea cl¨¢sica con las coreograf¨ªas modernas, en lo que pareci¨® ser una f¨®rmula para tranquilizar a la plantilla estable del conjunto. De Palacio resalta en su escrito que nada de lo prometido se ha cumplido y que todo el repertorio se ha desechado, apear de sus elevados costes de producci¨®n.
La Compa?¨ªa Nacional de Danza ha cambiado de nombre cinco veces, cuatro de director y tres de sede de trabajo, un peregrinar que un portavoz de los bailarines califica como falta de inter¨¦s y de un programa serio y con perspectivas de futuro por parte del organismo rector, el Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica del Ministerio de Cultura.
?xodo de bailarines
Duato fue nombrado por Adolfo Marsillach en su breve paso por la Direcci¨®n General del Inaem, calificado por los mismos bailarines como una etapa nefasta para la danza por su falta de inter¨¦s. El cambio de l¨ªnea provoc¨® hace tres anos un nuevo ¨¦xodo de j¨®venes talentos del ballet espa?ol, entre ellos Arantxa Arg¨¹elles y Antonio Castilla, dos de los primeros bailarines m¨¢s destacados de la danza cl¨¢sica espa?ola. Duato, por su parte, ha importado a una decena de bailarines, fundamentalmente franceses, belgas y holandeses, que han sido colocados como bailarines principales con altos sueldos superiores a la media de los primeros bailarines de plantilla y que acaparan, seg¨²n las mismas fuentes, los papeles de las nuevas coreograf¨ªas propias de Duato o del nuevo repertorio de l¨ªnea claramente contempor¨¢nea al estilo de la anterior compa?¨ªa del director, el Nederlands Dans Theater, y que por fuerza se vuelve rupturista con respecto a los anteriores programas y l¨ªnea de trabajo.
Finalmente, Loyola de Palacio se hace eco de una de las preocupaciones m¨¢s acuciantes en la profesi¨®n y el p¨²blico de la danza: la ausencia de una compan¨ªa nacional cl¨¢sica, a sabiendas de que, con el proyecto del Teatro Real de Madrid, que ser¨ªa la sede natural de dicho ballet, no existe la idea de dotarla de una compa?¨ªa de danza estable como existe tradicionalmente en el resto de los grandes teatros nacionales europeos, y como existi¨® en el propio teatro de la Plaza de Oriente desde su fundaci¨®n a mediados del siglo XIX hasta su cierre en 1925.
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