Un a?o de penitencia para Espa?a

En 1993, los espa?oles llevar¨¢n consigo a las urnas una fuerte resaca, la resaca de una fiesta de 1992 que no pod¨ªa pagarse: la pompa y ceremonia del V Centenario con los Juegos Ol¨ªmpicos, Madrid Capital Cultural Europea y la Expo de Sevilla. ( ... )El Gobierno muestra s¨ªntomas de agotamiento. Envuelto en luchas intestinas entre partidarios y oponentes del antiguo vicepresidente, Alfonso Guerra, el partido socialista se prepara para las elecciones generales de 1993 con un sentimiento de frustraci¨®n y perplejidad. ( ... )

Los rumores sobre la retirada de Felipe Gonz¨¢lez se han visto atizados por las dudas que el mismo ha expresado sobre su comparecencia ante las urnas. Los que mejor le conocen insisten en la absoluta sinceridad de sus manifestaciones de frustraci¨®n. ( ... ) Lo describen como un hombre cansado y desilusionado, o al menos hastiado, que tiene sus miras puestas m¨¢s en la Comunidad Europea que en los problemas de gobernar su propio pa¨ªs.

Desilusionado por los, resultados de 1992, Gonz¨¢lez ha marcado una nueva frontera. A los espa?oles se les pide ahora mirar al objetivo m¨ªtico de 1997, que justifica los sacrificios y esfuerzos en que ahora se afanan. (...)

Los espa?oles acudir¨¢n a las pr¨®ximas elecciones, probablemente a finales de a?o, con la clara conciencia de que acaba un periodo de la historia de Espa?a.

diciembre de 1992