Bush y Yeltsin firman un hist¨®rico acuerdo de desarme nuclear sin garant¨ªas de ratificaci¨®n
Los presidentes de Estados Unidos, George Bush, y Rusia, Bor¨ªs Yeltsin, firmaron ayer en el Kremlin el acuerdo de desarme nuclear de mayor alcance logrado hasta la fecha por las dos superpotencias, que reducir¨¢n a la tercera parte sus arsenales at¨®micos. El START II, definido por Yeltsin como "el tratado de la esperanza", culmina la supremac¨ªa nuclear norteamericana y supone la renuncia rusa a sus misiles m¨¢s temibles. Esto le ha sido reprochado a Yeltsin por las fuerzas rusas m¨¢s nacionalistas, que se proponen dificultar al m¨¢ximo su ratificaci¨®n parlamentaria
El START II tambi¨¦n tendr¨¢ dificultades para ser aceptado por el Gobierno de Ucrania, que espera sacar el m¨¢ximo partido de las m¨¢s de 1.300 cargas nucleares que se encuentran en su territorio como herencia de la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica."El acuerdo START II es la columna vertebral del sistema de garant¨ªas de una seguridad global", manifest¨® Yeltsin tras suscribir el pacto y brindar con champa?a con Bush. "Este acuerdo de hoy es un gran paso en el camino hacia el viejo sue?o de la humanidad de lograr el desarme. Yo dir¨ªa que este tratado es el tratado de la esperanza". Bush fue m¨¢s parco en palabras y describi¨® el acuerdo como "el tratado de reducci¨®n armamentista m¨¢s importante logrado en la historia". El tratado reducir¨¢ en 10 a?os las 23.000 cabezas nucleares que poseen ambas superpotencias a 6.500, el nivel existente a finales de los a?os sesenta.
Las efusivas palabras apenas pod¨ªan acallar los ecos de las protestas suscitadas en los medios pol¨ªticos m¨¢s opuestos a Yeltsin, que se quedan a muy corta distancia de calificarle de traidor. Esas protestas son un indicio de las dificultades que va a encontrar en Mosc¨² la ratificaci¨®n parlamentaria del tratado, sucesor, de un START I que tampoco ha sido visado.
"Puede haber dificultades", reconoc¨ªa Yeltsin. "No se puede ocultar que parte de los diputados est¨¢ en contra del tratado y en contra de cualquier cosa positiva, pero no son mayor¨ªa".
De este tratado esperan sacar los nost¨¢lgicos del viejo r¨¦gimen munici¨®n contra las pol¨ªticas de Yeltsin, convencidos de que el presidente ha vuelto a sacrificar los intereses nacionales en beneficio del Oeste, y en particular, de Washington.
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