Muere victima del sida el bailar¨ªn Rudolf Nureyev
Su talento le convirti¨® en la mayor figura de la danza del siglo XX, despu¨¦s de Nijinski
OCTAVI MART? El bailar¨ªn, core¨®grafo y actor Rudolf Nureyev, fallecido ayer en Par¨ªs a los 54 a?os, pidi¨® como ¨²ltimo deseo ser enterrado en esta ciudad, en la que vivi¨® muchos de sus momentos de gloria. Su ¨²ltima aparici¨®n en p¨²blico se celebr¨® en octubre de 1992, cuando present¨® en la Opera Grarnier de la capital francesa su producci¨®n La Bayadera, a partir de un montaje de Marius Petipa. Esta emocionante velada fue su retirada del mundo: recibi¨® diez minutos de ovaciones de un p¨²blico puesto en pie que le sab¨ªa muy enfermo. Demacrado y muy d¨¦bil, Nureyev tuvo que ser ayudado por dos de los bailar¨ªn es cuando subi¨® al escenario, y permaneci¨® sentado durante la breve ceremonia en la que el ministro de cultura galo, Jack Lang, le condecor¨®.
Seg¨²n su m¨¦dico, el fallecimiento de Nureyev se debi¨® a una complicaci¨®n cardiaca que puso fin a "una cruel enfermedad". El sida y una operaci¨®n del coraz¨®n a principios del a?o pasado hab¨ªan minado su organismo. Algunas de sus ¨²ltimas semanas Nureyev las hab¨ªa vivido retirado en una residencia caribe?a de un amigo.
De origen t¨¢rtaro, hab¨ªa nacido en el transiberiano cuando su familia se dirig¨ªa hacia Vladivostok. Destac¨® muy pronto como int¨¦rprete de danzas populares y a los 17 a?os logr¨® ingresar en la escuela Vaganova, requisito casi imprescindible para poder luego ser admitido en el prestigioso Kirov de Leningrado. Entre 1958 y 1961 fue la estrella de dicha formaci¨®n y en junio de 1961, en el curso de una gira a la que hab¨ªan accedido reticentes las autoridades sovi¨¦ticas, Nureyev aprovech¨® los tr¨¢mites aduaneros del aeropuerto parisino de Bourget para escapar al control de los agentes de seguridad que acompa?aban al Kirov en sus salidas al exterior.
Desde esa fecha Nureyev fue algo m¨¢s que un excelente bailar¨ªn, convertido por los medios de comunicaci¨®n en un elemento de la propaganda anticomunista. La Opera de Par¨ªs no le contrat¨® debido a las presiones diplom¨¢ticas de la URSS y s¨®lo a trav¨¦s de la compa?¨ªa independiente del Marqu¨¦s de Cuevas pudo iniciar s u fulgurante carrera profesional en Occidente. En Londres, en el Covent Garden, en compa?¨ªa de Margot Fonteyn, renov¨® todo el repertorio cl¨¢sico y se habl¨® de ¨¦l
P como del "nuevo Nijinski". A?os m¨¢s tarde, Nureyev intervendr¨ªa precisamente en la pel¨ªcula del director brit¨¢nico Ken Russell dedicado al c¨¦lebre bailar¨ªn.
Figura legendaria
La vida de Nureyev se organiz¨® alrededor de Par¨ªs y Londres. En 1982 fue nombrado director del cuerpo de danza de la ¨®pera de Par¨ªs, donde pudo montar varias coreograf¨ªas.
Para el director de la Opera de Par¨ªs, Pierre Berg¨¦, la muerte de Nureyev se asocia a la de Mar¨ªa Callas, "otra figura legendaria tras cuya desaparici¨®n la ¨®pera no ha podido continuar siendo la misma. Con el fallecimiento de Nureyev sucede lo mismo". Para el ministro de Cultura franc¨¦s, Jack Lang, "Nureyev era un se?or de la danza que habla logrado transfigurar los personajes gracias a la pasi¨®n".
El propio bailar¨ªn, que dec¨ªa de s¨ª mismo que era fruto del trabajo "mucho m¨¢s que de condiciones innatas", cre¨ªa haber aportado a la danza el haber roto "las barreras que separaban la danza cl¨¢sica de la danza moderna". As¨ª, junto a sus grandes ¨¦xitos con obras de Prokofiev o los triunfos mundiales en Giselle o en El lago de los cisnes, estaban sus colaboraciones con creadores contempor¨¢neos como Maurice Bejart, Martha Graham, Roland Petit, George Balanchine o Jos¨¦ Lim¨®n.
La agitada biograf¨ªa de Nureyev le convirti¨® en un personaje cuya popularidad trascend¨ªa el ¨¢mbito estricto de la danza. Su fuga de la URSS, por lo espectacular y celebrada, hizo que las autoridades sovi¨¦ticas le cerrasen las fronteras durante much¨ªsimos a?os. Para alguno de sus amigos, como Louis Besson "siempre fue una persona marcada por la ruptura con su Rusia natal".
Regreso a la URSS
Si en 1983 adquiri¨® la nacionalidad austr¨ªaca, no fue hasta 1988, despu¨¦s de varias tentativas y una intensa negociaci¨®n, cuando Nureyev puede regresar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, en aquella ocasi¨®n s¨®lo para despedirse de su madre agonizante. Un a?o m¨¢s tarde, cuando puede volver a subir al escenario del Teatro Kirov de la hoy San Petersburgo, la situaci¨®n hab¨ªa cambiado y su regreso, como su fuga, tuvo una aut¨¦ntica dimensi¨®n pol¨ªtica.
En Espa?a, la ¨²ltima vez que se le vio fue en Palma de Mallorca en 1989, junto a la bailarina cubana Alicia Alonso, en una creaci¨®n expresamente inventada para aquella noche de verano. Fue un encuentro tard¨ªo, pero tambi¨¦n ¨²nico e irrepetible. La pol¨ªtica les hab¨ªa separado m¨¢s de 30 a?os y la danza les uni¨® unas horas.
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