Machistas, de pico y pala
Una alba?il londinense, indemnizada tras aguantar cuatro a?os de vejaciones en el trabajo
Tracie Simpson nunca pens¨® que ser alba?il fuera tan duro para una mujer. Y no por el esfuerzo de colocar ladrillos en una obra municipal sino por tener que aguantar durante cuatro a?os las vejaciones y los insultos soeces de sus colegas masculinos. Simpson, una londinense de 28 a?os, recibir¨¢ una indemnizaci¨®n de 15.000 libras (algo m¨¢s de dos millones y medio de pesetas) por parte del Ayuntamiento de Greenwich.La joven ha contado detalladamente al juez c¨®mo los dem¨¢s obreros dejaban caer sus herramientas para dedicarse a mirarla mientras trabajaba; tampoco se dirig¨ªan a ella salvo para insultarla o hacer observaciones obscenas que sub¨ªan de tono cuando Tracie intentaba defenderse. En una ocasi¨®n un compa?ero le pregunt¨® si determinada herramienta le cabr¨ªa en la vagina, y otro de los obreros la persigui¨® con la intenci¨®n de afeitarle el vello p¨²bico. Uno de sus superiores s¨ª le hablaba: para preguntarle si conoc¨ªa a una fontanera que trabajaba en otro departamento, de la que dec¨ªa que era lesbiana.
Harta de la situaci¨®n, Tracie acudi¨® al Ayuntamiento de Greenwich para quejarse, pero all¨ª le dijeron que no pod¨ªan hacer nada. Tampoco sus jefes fueron de mucha ayuda. "Una de las veces que me quej¨¦ el jefe y el capataz me llamaron a su oficina", explica. "El jefe de la obra, a cuyo cargo est¨¢n 100 trabajadores, me dijo que lo mejor que pod¨ªa hacer era irme a casa esa noche y lavarme con mucho, mucho cuidado porque iba a pasar un examen m¨¦dico al d¨ªa siguiente. Se comport¨® de un modo asqueroso. El capataz se limit¨® a sugerir que si llevase ropa interior de encaje rojo mis compa?eros me ayudar¨ªan m¨¢s".
Seg¨²n Simpson, hab¨ªa otras seis mujeres trabajando como carpinteras, fontaneras y alba?iles en el Departamento de Construcciones Municipales, pero ninguna aguant¨® en su puesto m¨¢s de dos a?os.
"Otra mujer que present¨® una queja como la m¨ªa ante el Departamento de la Mujer del Ayuntamiento fue apartada de su puesto durante dos semanas", asegura Tracie. "Cuando volvi¨® nadie le hablaba. Acab¨® march¨¢ndose".
El tribunal industrial ante el que Tracie present¨® sus acusaciones recibi¨® su solicitud fuera de tiempo. Aun as¨ª, en una vista preliminar se decidi¨® por unanimidad que su caso siguiera adelante. El Ayuntamiento de Greenwich decidi¨® entonces llegar a un acuerdo econ¨®mico con ella a trav¨¦s del sindicato de mujeres de la construcci¨®n, Ucatt, que representaba a Tracie.
Un portavoz municipal ha reconocido que las acusaciones de Tracie eran "bastante fundadas". El director de servicios municipales est¨¢ siendo investigado y hay un nuevo proceso en marcha para aclarar las actuaciones concretas de todos los implicados. Sin embargo, a¨²n no se han tomado medidas con tra ning¨²n trabajador.
La secretaria de Ucatt ha sido m¨¢s categ¨®rica: "El Ayuntamiento de Greenwich tiene, sobre el papel, una maravillosa pol¨ªtica de igualdad de oportunidades. Pero en la pr¨¢ctica es completamente inexistente".
Copyright The Independent / EL PA?S.
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