Incineraci¨®n o explosiones nucleares
Las armas qu¨ªmicas son en esencia productos de alta toxicidad para el ser humano y la naturaleza y respecto a su destrucci¨®n pueden considerarse residuos t¨®xicos. Sin embargo, la carga explosiva de que van dotadas en su mayor¨ªa a?ade complejidad al problema. El tratado no dice c¨®mo hay que destruirlas, pero s¨ª que los m¨¦todos no deben tener consecuencias nocivas para el medio ambiente, por lo que se excluyen los vertidos al mar, que fue el m¨¦todo elegido tras la Primera Guerra Mundial, el enterramiento en tierra firme o la incineraci¨®n al aire libre.Un complejo proceso de incineraci¨®n contenida es el ¨²nico m¨¦todo en experimentaci¨®n actualmente. El Ej¨¦rcito de Estados Unidos lo prueba en un atol¨®n pr¨®ximo a Hawai con la intenci¨®n de generalizarlo posteriormente. Esta soluci¨®n ha sido muy criticada por los grupos ecologistas, que se?alan que durante la incineraci¨®n se producen nuevos compuestos t¨®xicos, como las dioxinas. De hecho, el coste del programa estadounidense ha aumentado mucho respecto a las previsiones y encuentra dificultades t¨¦cnicas. Juan L¨®pez Ugalde, de Greenpeace Espa?a, se?ala que su propuesta es la detoxificaci¨®n o separaci¨®n selectiva de elementos por m¨¦todos qu¨ªmicos o f¨ªsicos, que, sin embargo, no se han desarrollado industrialmente. Experimentos realizados en Estados Unidos para neutralizar qu¨ªmicamente el sarin (gas nervioso) por medio de hidr¨®xido de sodio no se consideran satisfactorios porque no deshacen la reacci¨®n qu¨ªmica m¨¢s cr¨ªtica y de los residuos se podr¨ªa f¨¢cilmente volver a fabricar el gas.
La soluci¨®n m¨¢s dr¨¢stica la propone una empresa rusa y consiste en aniquilar el arsenal qu¨ªmico en explosiones nucleares subterr¨¢neas. El problema t¨¦cnico mayor que presenta este m¨¦todo se refiere a que no es lo mismo una explosi¨®n nuclear aislada que un deflagraci¨®n en presencia de numerosos elementos qu¨ªmicos. Seg¨²n un an¨¢lisis publicado recientemente en la revista Nature, la cavidad necesaria es mayor, con lo que cambia todo lo que se conoce de la din¨¢mica de la explosi¨®n y su efecto en la roca circundante. La posibilidad de que se produzcan fracturas que dejen escapar elementos contaminantes a la superficie no es descartable.
Aunque sea una soluci¨®n rechazada en Occidente, la situaci¨®n en Rusia hace que no se pueda descartar totalmente para las 50.000 toneladas de armas qu¨ªmicas que tiene este pa¨ªs, seg¨²n los autores del art¨ªculo.
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