Trompetas de adi¨®s en la catedral de Harlem
Ocho mil admiradores despidieron con una 'jam session' al m¨²sico de jazz Dizzie Gillespie
Los amigos de Dizzie Gillespie ocuparon con sus instrumentos, el pasado martes, el altar de la catedral neoyorquina de San Juan el Divino para hacer sonar las notas de despedida al m¨²sico muerto. Al p¨²lpito se subi¨® el trompetista Jon Faddis, que, solo ante m¨¢s de 8.000 asistentes, hizo ascender hasta la c¨²pula del recinto el sonido de la canci¨®n Brother K, escrita por el artista fallecido en honor de Marthin Luther King. Si los funerales dicen algo sobre la personalidad de aquellos que los inspiran, el viejo m¨²sico de jazz, fallecido el pasado d¨ªa 6, supo disfrutar de la vida.Los asistentes aplaudieron, lloraron y siguieron con sus cabezas el ritmo de las melod¨ªas con el que una treintena de m¨²sicos quisieron dar su ¨²ltimo homenaje a uno de los precursores del jazz moderno. Fueron tres horas y media de placer enmarcado en toda la solemne espiritualidad que cabe en los interminables techos del templo de Harlem. No cab¨ªa m¨¢s jazz en la catedral. Los m¨¢s viejos cantores del coro de la iglesia no recordaban algo parecido desde el funeral de Duke Ellington.
Wynton Marsalis, Chuck Mangione, Roberta Flack, Clark Terry, Mike Longo, Benny Carter y Millie Jackson dejaron constancia de su admiraci¨®n por el hombre de los mofletes el¨¢sticos que decidi¨® mantener su trompeta torcida despu¨¦s de que alguien cayera sobre ella en una fiesta.
Fue el sentido del humor del artista, que ha muerto a los 75 a?os como consecuencia de un c¨¢ncer, la cualidad personal, m¨¢s destacada en los recordatorios en voz alta que hicieron los m¨²sicos. Gillespie, admirador de Roy Elderidge y amigo de Charlie Parker, se hizo famoso por su capacidad en improvisar di¨¢logos y bromas en medio de sus actuaciones por todo el mundo. Tambi¨¦n hubo en la tarde de homenaje tiempo para recordar la revoluci¨®n jazz¨ªsta, que Gillespie introdujo con sus derivaciones afrocubanas, que culminaron con su colaboraci¨®n con el m¨²sico de conga cubano Chano Pozo. El saxofonista hispano Paquito D'Rivera record¨® con otros 19 m¨²sicos en el altar de la catedral las m¨¢s famosas melod¨ªas del creador, que, entre otras tendencias musicales, dio con el sonido bebop. De hecho, el t¨ªtulo de su autobiograf¨ªa -To be or not to bop- hace un juego de palabras imposible de traducir entre ese ritmo y la frase de Hamlet.
Varios de los emocionados asistentes coincidieron en que ¨¦sta es la despedida que Gillespie hubiera deseado y recordaron que el m¨²sico expir¨® escuchando a bajo volumen su canci¨®n Dizzie dime en el hospital de Nueva Jersey donde su esposa le hab¨ªa internado.
Aunque despu¨¦s de hacer sonar la melod¨ªa A night in Tunisia un portavoz declar¨® que los "viejos trompetistas nunca mueren", el anciano m¨²sico Barry Harris reconoc¨ªa que la desaparici¨®n de Gillespie ha supuesto para ¨¦l "el final de algunos de mis m¨¢s grandiosos recuerdos musicales".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.