Bergman en la cumbre
La vasta obra -un cap¨ªtulo fundamental del cine contempor¨¢neo- de Ingmar Bergman es toda ella introspectiva e indirectamente autobiogr¨¢fica. Pero, hace una d¨¦cada, en Fanny y Alexander, lo que antes hab¨ªa sido una introspecci¨®n y una biograf¨ªa metaf¨®rica, fragmentada y soterrada, se hizo por fin expl¨ªcita. Fue esta pel¨ªcula una dura prueba moral a que el cineasta se someti¨® a s¨ª mismo, en busca de las raices de sus obsesiones. Sali¨® de ella con ese vac¨ªo interior que en las imaginaciones f¨¦rtiles acompa?a a la sensaci¨®n de no tener ya nada que decir, nada que contar a nadie. Y Bergman decidi¨® retirarse de la brega.Sin embargo esta huida de Bergman se convirti¨® en un estallido de fertilidad, una resurrecci¨®n de cenizas. Varios montajes teatrales, tres libros y la escritura de una pel¨ªcula, Las buenas intenciones, lo prueban. Y esta ¨²ltima demuestra adem¨¢s otra cosa: que el esfuerzo de explicitud iniciado por Berginan en Fanny y Alexander no le bast¨®: algo debi¨® quedar all¨ª en balbuceo ¨ªntimo algo que el cineasta necesit¨¢ba formalizar con m¨¢s nitidez y ma yor cercan¨ªa a su memoria: ese poder irradiador que las peculiaridades de su infancia ejercen so bre sus pel¨ªculas y que se forj¨® en el tiempo que precedi¨® a su nacimiento, cuando sus padres llega ron al doloroso acuerdo de con vivir sin amarse para no da?ar al ni?o inminente. Eso es lo que cuenta esta emocionante, amar ga y generosa pel¨ªcula.
Las mejores intenciones
Direcci¨®n: Bille August. Gui¨®n: Ingmar Berginan. Fotografia: Janus Billeskov Jansen. M¨²sica: Stefan Nilsson. Prducci¨®n ejecutiva: Ingrid Dhalberg. Suecia: 1992. Int¨¦rpretes: Pernilla August, Samuel Fr¨®ler, Max von Sydow, Ghita Norby, Anita Bjork. Estreno en Madrid: cines Paz, Real Cinema, La Vaguada y Renoir de Cuatro Caminos (V.O.).
Zona misteriosa
La existencia del filme tiene una zona misteriosa: la m¨¢s berginaniana de las pel¨ªculas no ha sido realizada por Bergman. La excusa de su cansancio es poco convincente, si se tiene en cuenta el enorme riesgo ¨ªntimo que contiene un libro como este, escrito para ser filmado. Es m¨¢s probable que el cineasta tuviera miedo de s¨ª mismo, temor a que la violencia y el sustrato expresionista de su estilo radicalizaran y exasperaran una delicada historia que, en la mirada de otroneas ta m¨¢s apacible que ¨¦l, podr¨ªa dar lugar a un filme sereno y generoso con sus dos protagonistas, los padres de Bergman. Y este busc¨® la sombra de la escritura como acto de amor y respeto hacia quienes le dieron vida y cimentaron su identidad, una identidad luego construida en gran parte contra ellos.En esta grieta aparece Bille August, joven cineasta dan¨¦s formado en la escuela que Bergman sembr¨® en el cine escandinavo: hombre inteligente y m¨¢s ecu¨¢nime que su maestro con las flaquezas humanas. Su admirable trabajo de direcci¨®n en Pelle el conquistador era un aval insuperable para que el propio Bergan lo eligiera como director de Las buenas intenciones. Es seguro que las sombras de Henrik y Anna Bergman, en aquel su doloroso desencuentro del que naci¨® su hijo Ingmar, son m¨¢s nuestras, m¨¢s c¨¢lidas y transparentes, compuestas por Bille August, de lo que hubieran sido en la mirada de Berginan, que sin duda hubiera volcado en esas sombras viejos rencores sofocados, antiguas querellas nunca dichas y probablemente indecibles.
Las mejores intenciones, prodigiosamente interpretada por Pernilla August -que gan¨® el premio a la mejor actriz en el pasado festival de Cannes, redondeando as¨ª el triunfo de la pel¨ªcula, que obtuvo la Palma de Oro- y Samuel Fr¨®ler, es una obra fundamental del cine actual. Sus tres horas se viven sinrespirar o, mas exactamente, respirando a pleno pulm¨®n conocimiento de los comportamientos humanos y esa transparencia que crea en el espectador la mirada de los cineastas libres. La conjunci¨®n de los actores es plena, comparable a la que se deriva del absoluto entendimiento entre el escritor y el director de la pel¨ªcula. Estamos por ello ante un cuarteto autoral lleno de armon¨ªa y genio; que nos regala un recital del mejor cine que hoy puede verse. Una obra conmovedora, perfecta, que acaba de estrenarse y ya es de siempre.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.