La sequ¨ªa desata las hostilidades entre las regiones ricas en agua y las que necesitan trasvases para sobrevivir

La guerra por el agua ha estallado. En plena sequ¨ªa y donde menos la padecen. El Gobierno aragon¨¦s se ha rebelado al conocer las previsiones del Plan Hidrol¨®gico sobre futuros trasvases. "El Ebro no tiene excedentes para trasvasar. El ministro Borrell miente. No nos creemos sus cifras sobre el caudal del r¨ªo y el agua que vierte al mar", alega Emilio Eiroa. El lehendakari, Jos¨¦ Antonio Ardanza, tercia en la disputa al afirmar que Euskadi est¨¢ dispuesta a solidarizarse y a trasvasar sus excedentes a otras cuencas. Por su parte, Jos¨¦ Bono, presidente de Castilla-La Mancha, "la ¨²nica regi¨®n que puede predicar con el ejemplo de la solidaridad", afirma que "no se puede hacer demagogia con el agua ni olvidar que por su causa se han originado graves enfrentamientos hist¨®ricos en Espa?a".Viene de la p¨¢gina anterior

La pol¨¦mica desatada por el avance del Plan Hidrol¨®gico Nacional ha vivido su primera refriega en Arag¨®n, una comunidad por donde fluye el r¨ªo m¨¢s caudaloso de Espa?a y que este a?o, precisamente, posee uno de los mayores caudales de su historia (la aportaci¨®n natural media de su cuenca es de 19.961 millones de metros c¨²bicos anuales, tres veces m¨¢s que la del r¨ªo Guadalquivir). El valle del Ebro rebosa agua este invierno. Todo lo contrario de lo que ocurre al lado sur de la cordillera ib¨¦rica, desde Madrid hasta la Playa del Ingl¨¦s en Gran Canaria.A pesar de ello, nada m¨¢s conocerse el avance del Plan Hidrol¨®gico Nacional, donde se recogen unas previsiones de trasvase de 2.055 millones de metros c¨²bicos desde la desembocadura del Ebro para distribuirlos entre la costa catalana y el litoral de Levante, el Partido Aragon¨¦s se ha sublevado. Olvida que el Plan describe al Ebro como cuenca receptora en su cabecera derecha y en la comarca del Jal¨®n.

No es la primera vez que el agua es motivo de controversia en Arag¨®n. En la d¨¦cada de los setenta se levant¨® una fuerte oposici¨®n a que Catalu?a tomara aguas del Ebro para atender la fuerte demanda generada por el crecimiento de Barcelona. Todo qued¨® en un minitrasvase (cuatro metros c¨²bicos por segundo) hasta la ciudad de Tarragona, escasamente favorecida por la meteorolog¨ªa h¨²meda. De entonces procede una jota que dice: "Que no se llama trasvase / que se llama transfusi¨®n / que es el agua del Ebro / la sangre de Arag¨®n".La ¨²ltima cascada de declaraciones surgi¨® a ra¨ªz de las manifestaciones a EL PA?S (11 de enero) del presidente de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Ebro, Antonio Arag¨®n, en las que calific¨® de "trasvase de pecado" los excedentes que cada a?o van al mar sin regular ni aprovechar. El proyecto de directrices del plan del Ebro eval¨²a unos recursos de la cuenca de 18.200 millones de metros c¨²bicos al a?o, de los que ahora se van al mar m¨¢s de 9.000 millones de metros c¨²bicos. Los excedentes del futuro se cifran en 5.200 millones anuales, una vez atendidas las necesidades de la cuenca y en especial las de Arag¨®n (6.550 millones anuales, seg¨²n el Pacto del Agua).Parec¨ªa que el Pacto del Agua, suscrito por unanimidad por todos los grupos de las Cortes aragonesas, zanjaba el contencioso. En ¨¦l se recogen. las necesidades presentes y futuras, una reserva estrat¨¦gica y la necesidad de ejecutar obras de in fraestructura valoradas en 200.000 millones de pesetas. El ministro de Obras P¨²blicas y Transportes, Jos¨¦ Borrell, dijo en Arag¨®n que su ministerio se compromet¨ªa a recoger el Pacto del Agua y las obras de infraestructuras en el Plan H¨ªdrol¨®gico Nacional. A cambio, Arag¨®n apoyar¨ªa el Plan Hidrol¨®gico.

La primera reacci¨®n del Partido Popular, del Partido Aragon¨¦s (Par) y del Gobierno aut¨®nomo ha sido rechazar cualquier tipo de trasvase, porque "si se cumple el Pacto del Agua no habr¨¢ excedentes". Despu¨¦s cuestionaron los datos de los caudales y excedentes: "Primero hay que hacer los embalses y luego evaluar los recursos". M¨¢s adelante han llegado a negar o cuestionar la existencia del Pacto del Agua y que el ministerio lo vaya a incluir en el Plan Hidrol¨®g¨ªco, informa Javier Ortega.

El presidente regional, Emilio Eiroa, no descarta encabezar las movilizaciones contra los trasvases y asegura que "los aragoneses debemos estar dispuestos a todo". Juan Antonio Bolea, vicepresidente del Par, que dice contar con el apoyo de todos los aragoneses, va m¨¢s lejos: "No vamos a ceder ni un ¨¢pice en esta cuesti¨®n, que lo, tenga muy claro el ministro. ?l ser¨¢ quien con su imprudencia levante a Arag¨®n. Ha desenterrado el hacha de la guerra del agua". La airada postura del Par, acusado por Borrell de hacer "regional-popul¨ªsmo" con el agua, ha tenido su eco en Euskadi, donde la mayor parte de Vizcaya y ?lava se abastecen de afluentes del Ebro. Para su lehendakari, Jos¨¦ Antonio Ardanza, "esta comunidad aut¨®noma estar¨ªa dispuesta a ser solidaria con otras cuencas que padecen sequ¨ªa y a trasvasar sus excedentes". La experiencia "dura y dram¨¢tica" de la sequ¨ªa que padeci¨® el Pa¨ªs Vasco hace tres a?os "ha sensibilizado a la opini¨®n p¨²blica, que est¨¢ m¨¢s dispuesta a ayudar a otras regiones".

La ¨²nica comunidad con experiencia de trasvases es, de mo-

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