Los muros falsos
Plenamente insertada dentro de las din¨¢micas propiciadas por el extraordinario auge experimentado por las artes visuales en plenos a?os ochenta, la obra de Richard Venlet (Hamilton, Australia, 1964) ha estado presentada siempre vinculada a la eclosi¨®n de la escena art¨ªstica tridimensional producida en el ¨¢mbito de las nuevas generaciones surgidas en B¨¦lgica, al tratarse de un artista cuya residencia y el desarrollo esencial de su trabajo han tenido lugar en dicho pa¨ªs.Algunos ejemplos de su obra, considerablemente representativos de su especial manera de concebir la creaci¨®n art¨ªstica, pudieron verse con ocasi¨®n de la Biennal de Barcelona, en 1989, as¨ª como en Confrontaciones, en el MEAC (1990).
Richard Venlet
Galer¨ªa Antoni Estrany Passatge Mercader, 18. Barcelona. Hasta el 20 de enero.
La obra de Richard Venlet, sin duda deudora de algunos horizontes importantes heredados del minimalismo -por lo que respecta esencialmente a las formas y a la disposici¨®n espacial de ¨¦stas- o de posiciones cercanas a una cierta especulaci¨®n conceptual, plantea de entrada, y a grandes rasgos, una destacable abolici¨®n de las categor¨ªas cl¨¢sicas en el arte para ir' a situarse directamente a medio camino entre la pintura, la escultura y la arquitectura, con evidente profusi¨®n de este ¨²ltimo aspecto al tratarse de obras cuya voluntad de inserci¨®n y de afectaci¨®n espacial es mucho m¨¢s que notable, y cuyos resultados, adem¨¢s, plantean alguna que otra trampa a los h¨¢bitos en la visi¨®n del arte contempor¨¢neo.
Arbol milenario
Venlet presenta en esta exposici¨®n barcelonesa una muestra verdaderamente inmejorable -por otra parte escasa, exacta y milimetrada- de su trabajo: un muro falso que reproduce con precisi¨®n asombrosa el muro ya existente en la galer¨ªa -y con el que establece una relaci¨®n dialogante que va m¨¢s all¨¢ del mero soporte especular y, de la mera pirueta formal-, y cinco formas que, surgiendo de las paredes, establecen una relaci¨®n entre el propio espacio de la galer¨ªa y la configuraci¨®n del pensamiento del artista, el cual va asent¨¢ndose en estratos a modo de un ¨¢rbol milenario.Su repertorio de colores casi monocromos y un tanto mortecinos, la superposici¨®n de capas de pensamiento en las piezas colocadas en la pared y una considerable propensi¨®n a algo que podr¨ªamos denominar la sumisi¨®n contextual por lo que respecta a la intervenci¨®n m¨¢s claramente espacial hacen de su obra -adem¨¢s de remarcar esa disoluci¨®n de categor¨ªas antes mencionada- un ejemplo de c¨®mo trabajar con condiciones m¨ªnimas para satisfacer exigencias bastante complejas referidas no s¨®lo a la concepci¨®n de la propia obra de arte, sino tambi¨¦n a su distribuci¨®n y a su comprensi¨®n en tanto que objeto y presencia supuestamente humanizada.
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