?Ponte la m¨¢scara!

El primero fue obra del pintor valenciano Cecill¨® Pl¨¢. El ¨²ltimo, dos figuras disfrazadas de payasos, ha salido del pincel de Juan Antonio Aguirre. Les separan 100 a?os de historia y una larga relaci¨®n de firmas, interrumpida tan s¨®lo en dos ocasiones: la posguerra espa?ola y el primer conflicto del golfo P¨¦rsico (1991). Los dos se pueden ver en la exposici¨®n que recoge los carteles de cada fiesta de Carnaval en el C¨ªrculo de Bellas Artes.

A Franco no le gustaban las fiestas y decidi¨® prohibir con especial vehemencia el Carnaval, que, sirvi¨¦ndose de s¨ª mismo, se celebraba disfrazado de gran baile de exaltaci¨®n del traje regional. Los carteles de esos a?os son un curioso homenaje a una est¨¦tica de cabezas cubiertas con pa?uelos anudados a la garganta, poca carne y mucho delantal. Durante la guerra civil y a?os sucesivos, fueron desapareciendo la mayor¨ªa de los carteles que el C¨ªrculo guardaba, hasta que la restauraci¨®n del baile de m¨¢scaras, en 1985, permiti¨® recuperar la colecci¨®n, una vez que la democracia absolvi¨® al antifaz de su condena.Han pintado para el gran baile carnal de esta entidad Agust¨ªn Lhardy, Tom¨¢s Campuzano, Joaqu¨ªn Sorolla, Juan Antonio Benlliure, Enrique Simoneto o el gran Rafael Penagos. A los famosos concursos de primeros de siglo llegaron a presentarse 20 dise?os en 1915, m¨¢s de 80 en 1918 y casi 200 en el a?o 1934.

Hoy, el sistema de elecci¨®n es mucho m¨¢s sencillo. "Buscamos una obra de autor", comenta Enrique Baquedano, director del C¨ªrculo de Bellas Artes. "Lo realiza el artista que est¨¦ al frente de los Talleres de Arte Actual en las fechas m¨¢s cercanas a nuestro baile, que este a?o ser¨¢ el 20 de febrero, a pesar del cetrino panorama que se vive otra vez en el golfo P¨¦rsico".

Guerra del Golfo

Al director del C¨ªrculo le gusta especialmente el cartel arlequinado de Chema Cobo, pintado durante el invierno de 1991. Era la segunda interrupci¨®n del Carnaval, esta vez por el inicio de un conflicto b¨¦lico, la guerra del Golfo. "Le tengo mucho cari?o, porque recuerdo perfectamente que cuando habl¨¦ con Chema Cobo y le anunci¨¦ la suspensi¨®n de la fiesta, se mostr¨® absolutamente solidario con nuestra postura. Pasado un a?o, tachamos el 91 y a?adimos la terminaci¨®n de 92".En su libro El Carnaval y otras procesiones burlescas del viejo Madrid, la fil¨®loga Catalina Buezo revela la f¨®rmula matem¨¢tica para calcular las fechas del jolgorio, llamado con propiedad fiestas carnales o carnestolendas; esas mojigangas que preceden, al antruejo -ayuno- y la Cuaresma. "La fiesta de Carnaval depende directamente del domingo de Resurrecci¨®n, festividad variable que se fija para el domingo despu¨¦s de la primera luna llena a partir del 21 de marzo, es decir entre el 22 de marzo y el 25 de abril. El Mi¨¦rcoles de Ceniza, fin del Carnaval, se marca restando 40 d¨ªas de Cuaresma y siete de Semana Santa".

Volviendo a los carteles, el C¨ªrculo de Bellas Artes edita dos formatos. "Uno, en papel de menos calidad, para pegar en la calle, donde cumple su papel de objeto anunciador, y otro que se vende al p¨²blico, y con ¨¦xito, porque suele agotarse", cuenta Baquedano. Y a?ade que esta exposici¨®n completa la que se celebr¨® en 1985, "exactamente igual, pero sin las obras de los ¨²ltimos a?os. Llegaba hasta Antonio Saura", explica Baquedano, se?alando la pared m¨¢s moderna, donde lucen los s¨ªmbolos carnales de Julio Leparc, Valent¨ªn Zapata, Eduardo Arroyo, P¨¦rez Villalta, Aguirre o Eguillor. El Carnaval se acerca.