?Mu¨¦vanse!

Que Espa?a necesita una pasada por el PP es un apotegma que empieza a calar hondo en la ciudadan¨ªa. Mirad si no Madrid: ?qu¨¦ espl¨¦ndida diversI¨®n! Han bastado menos de dos a?os de gobierno municipal en manos de ese partido -partido precisamente por la mitad entre el liberalismo y la caspa- para que la ciudad recobre el aliento perdido. Un llamado concejal Matanzo, ya erigido en el sucesor natural de Tierno Galv¨¢n, se ha bastado para restaurar los tiempos felices de la movida, proteico cap¨ªtulo de la vida madrile?a dictado hoy por el astuto concejal. La otra noche en la puerta del teatro Alfil, otra vez juntos y rejuvenecidos Sabina, Almod¨®var, El Gran Wyoming, Javier Krahe y muchos otros protestaban contra el cierre del teatro decretado por el aludido Matanzo, molesto el concejal porque en ese teatro una obrita lo satirizaba. Junto a ellos, Ana Bel¨¦n, otrora diosa de los encierros, y Adolfo Marsillach, abandonado por un instante su trato con las tragedias, encarado de pronto con el castizo sainete. Qu¨¦ felicidad, la lucha.Pero la audacia del gran Matanzo no queda ah¨ª, en ese reencuentro. Como es propio a toda resurrecci¨®n vanguardista en clave posmoderna, tambi¨¦n ¨¦sta ha desempolvado viejos l¨¦xicos y despu¨¦s de trocearlos los ha dejado bellamente esmerilados en la plaza p¨²blica. Si Tierno se inspir¨® en los cl¨¢sicos castellanos, Matanzo prefiere el mus: "Envida ese ¨®rdago, Manzano". Y el otro, que. no es mucho menos, Id. ha respondido con el dulce arpegio de los antiguos ni?os pera: "No me vengas con charadas...".

Envidia en la periferia provoca el caso. Hace doce a?os, Els Joglars satirizaron cruelmente a Jordi Pujol con la excusa de Jarry y el padrecito Ub¨². Si Pujol maldijo, fue para adentro. Resultado: en Catalu?a llevamos m¨¢s de una d¨¦cada sin s¨¢tiras.