Los escritores Saramago y Argullol coinciden en que la novela ha dejado de ser un g¨¦nero
Los escritores Jos¨¦ Saramago y Rafael Argullol coincidieron el jueves, en los debates organizados por la revista El Urogallo en Madrid, en que la novela ha dejado de ser un g¨¦nero. Escritura transversal llam¨® a la suya Rafael Argullol, ganador del ¨²ltimo Premio Nadal y autor de novelas, ensayos y poemas, si bien ¨¦l no reconoce las fronteras. Saramago, autor de El a?o de la muerte de Ricardo Reis, que mezcla la evocaci¨®n hist¨®rica con el recuerdo de uno de los heter¨®nimos (personalidades ficticias) de Fernando Pessoa, dijo ante la m¨¢s numerosa audiencia de la semana que la novela ha dejado de ser un g¨¦nero para convertirse en el lugar del mestizaje de los g¨¦neros literarios, que roba a todos y en todos moja."Cuando le llaman a uno para participar en un debate sobre la novela europea, uno se pregunta: ?qu¨¦ ha pasado?, ?ha pasado algo nuevo?", brome¨® Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, al comienzo de una intervenci¨®n en la que record¨® que por literatura europea se suele entender la enumeraci¨®n Kafka, Joyce, Mann y Proust, m¨¢s o menos, aunque si hoy existieran esos autores, supuso, "casi nadie se dar¨ªa cuenta". La literatura del continente hoy est¨¢ en la posmodernidad, es decir, "el pluralismo de intenciones y de c¨®digos".
En cuanto a Europa, dijo no conocer a nadie que sepa lo que es. Sin embargo, la literatura es el terreno donde el continente se ha podido proteger mejor de la colonizaci¨®n -critic¨® severamente el provincianismo que consagra todo lo norteamericano, "si a un norteamericano se le ocurriera hablar de la gu¨ªa telef¨®nica, se hablar¨ªa de realismo telef¨®nico ", dijo-, aunque por lo general la literatura se ha dedicado a los agravios entre los miembros de la comunidad. "Sarajevo ha sido la norma y encuentros como ¨¦ste, la guinda".
El austriaco Josef Haslinger glos¨® la figura del mexicano Jos¨¦ Emilio Pacheco -lo que no fue comprendido por muchos, a juzgar por los comentarios-, pero justamente para significar que en Austria no cabe una aproximaci¨®n tan libre a la historia.
La ponencia de Jos¨¦ Saramago se centr¨® en el ataque al narrador en beneficio del autor, pues entre literatos. existe la convenci¨®n de que quien cuenta la historia es distinto del que la escribe. El autor es una creaci¨®n; m¨¢s, dijo Saramago. "Me pregunto si la obsesiva atenci¨®n a especulaciones te¨®ricas no estar¨¢ reduciendo al autor a segundo plano y si la indiferencia con que el autor permite la suplantaci¨®n por el narrador no es una abdicaci¨®n". "Todas las historias est¨¢n construidas con mixtificaciones de la verdad", dijo m¨¢s tarde. "Lo que el autor va narrando en sus libros es su historia personal, lo que no se atrever¨ªa a contar".
Para Argullol, es evidente que el centro lo ocupan ahora los medios de comunicaci¨®n. Pero, a diferencia del turista, el escritor sabe que una ciudad se conoce de verdad en los barrios perif¨¦ricos. "La marginalidad de la literatura es deseable, pues constituye el apoyo ontol¨®gico de su libertad".
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