Vivir sucumbiendo
Porque es un acto po¨¦tico y por tanto heroico. Porque es una forma de ir contra el Estado y contra el poder. Porque es una causa noble. O porque es una forma m¨¢gica de vivir sucumbiendo, o de morir matando (fantasmas y espectros). Esas fueron algunas de las razones de una larga serie que hilaron la propuesta de Javier Garc¨ªa S¨¢nchez de por qu¨¦ escribe, y que, por tono, contenido y talante, supon¨ªan el reverso de las expuestas el martes por Javier Mar¨ªas, escritores ambos que futuras antolog¨ªas embutir¨¢n en la misma generaci¨®n."La escritura es tr¨¢gica por naturaleza", dijo Alejandro G¨¢ndara en una densa ponencia, "pues el escritor quiere afirmar su conciencia m¨¢s ¨ªntima, su lado menos compartido, y elige lo m¨¢s compartido, que es el lenguaje. Quiere ser s¨®lo ¨¦l, pero ¨¦l entre los otros".
Para Robert Saladrigas, la novela ha ido a menos y hoy el novelista no puede decir lo que quiere, por culpa de la influencia de fracasados experimentos como el superado nouveau roman. "Raro es el aspirante a novelista que no quiera contar historias", dijo, "pero con la excesiva preocupaci¨®n por el lenguaje, se corre el riesgo de la uniformizaci¨®n y la castraci¨®n. Henry James usaba de la libertad del creador, que se ha perdido. Recuperar esa libertad ser¨ªa la condici¨®n para que la novela despegue".
El polaco Kazimierz Brandys envi¨® un sincero escrito para abogar "por la vida, y no por la forma", y cont¨® de qu¨¦ modo sus diarios se est¨¢n convirtiendo en una suerte de narraci¨®n novelesca. "Tan f¨¢cil es distinguir la literatura mala de la buena, como dif¨ªcil distinguir la buena de la que lo parece".
Babelia
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