Pobres beb¨¦s de abril
La mayor¨ªa de las mujeres bosnias embarazadas tras ser violadas abortan o reniegan de los hijos de sus verdugos
Nueve meses despu¨¦s de los primeros ataques de las fuerzas militares serbias en Bosnia-Herzegovina, en el pasado abril, en algunas ciudades de la antigua Yugoslavia, como Sarajevo, Tuzla y Zagreb, han nacido los primeros beb¨¦s producto de una de las m¨¢s salvajes pr¨¢cticas de intimidaci¨®n en un frente de guerra: la violaci¨®n masiva de mujeres en los campos de prisioneros. Algunas organizaciones internacionales aseguran haber recibido denuncias de mujeres musulmanas y serbias, pero la aplastante desigualdad de fuerzas en favor del bando serbio impide medir con el mismo baremo las vejaciones cometidas por aquellos combatientes de d¨ªa convertidos en terroristas y violadores nocturnos.
XX, de 40 a?os, abogada, se recupera bajo tratamiento psiqui¨¢trico en el hospital Kosevo, de Sarajevo. Hace dos noches abort¨® estando embarazada de cuatro meses. Antes de la guerra se hab¨ªa divorciado. Deseaba con locura tener un hijo, pero los m¨¦dicos advirtieron que el matrimonio ten¨ªa problemas de esterilidad. XX vivi¨® los primeros meses de la guerra en Grbavica, un barrio de Sarajevo ocupado por las fuerzas serbias. Su vecino, serbio, le ayudaba, a pesar de que ella es musulmana, hasta que fue movilizado para ir al frente. Una noche se present¨® en la casa de la mujer y la viol¨®. Fue capturada y pas¨® algunos meses, embarazada, en un campo de prisioneros. La posibilidad de tener un hijo, que se le hab¨ªa negado en su matrimonio, se hac¨ªa realidad gracias a su antiguo buen vecino, convertido en violador. Cuando fue liberada, no dud¨® ni un instante en abortar.YY, de 30 a?os, es originaria de una zona monta?osa situada a 50 kil¨®metros de Sarajevo, que fue ocupada por las fuerzas serbias a principios de marzo pasado. Fue detenida, separada de su marido y de sus dos hijos, y encerrada en un campo de detenci¨®n, donde fue repetidamente violada. En la fase final del embarazo fue liberada y lleg¨® a Sarajevo. El 20 de diciembre nac¨ªa una hermosa ni?a, que la madre no quiso ver en ning¨²n momento. Antes y despu¨¦s del embarazo estaba destrozada psicol¨®gicamente. Lloraba desconsoladamente cuando el pasado 2 de enero el periodista Dan Demon, de la cadena brit¨¢nica de televisi¨®n Sky News, acudi¨®, junto a su esposa, al hospital para recoger al beb¨¦ que acababan de adoptar. La madre pas¨® dos semanas en tratamiento psicol¨®gico. Su marido sigue preso en el campo de Sokolac y no sabe nada de sus dos hijos. Ahora vive en Sarajevo y recientemente prest¨® declaraci¨®n ante los miembros de la Comisi¨®n Mazowiecki, que investiga los cr¨ªmenes de guerra cometidos en Bosnia-Herzegovina.
Violaci¨®n y genocidio
Las organizaciones de derechos humanos de Bosnia aseguran que entre 30.000 y 50.000 mujeres han sido violadas por los combatientes serbios en toda la rep¨²blica. "La violaci¨®n forma parte aqu¨ª del genocidio", afirma el doctor Senad Mehmedbasic, del departamento de ginecolog¨ªa del hospital Kosevo, de Sarajevo. "Muchas de estas mujeres nunca querr¨¢n ser madres y no tendr¨¢n una vida sexual normal. Si a las violaciones se a?ade el n¨²mero de hombres muertos en el frente, podemos esperar un inmenso agujero negro en el mapa demogr¨¢fico de una generaci¨®n entera".
Es dif¨ªcil contrastar la veracidad de las cifras, ya que la mayor¨ªa de las v¨ªctimas s¨®lo comparten su secreto entre sus amigos mas ¨ªntimos y otras se encuentran fuera del pa¨ªs como refugiadas en Croacia, Eslovenia, Austria y Alemania. Son muy pocas las que se deciden a contar su experiencia. "Un hombre torturado es tratado como un h¨¦roe, una violada es vista como una mujer deshonesta", dice Jasna Baksic-Muftic, presidenta del Comit¨¦ de Derechos Humanos del Centro Internacional para la Paz, organizaci¨®n independiente del Gobierno. "Las primeras violaciones masivas tuvieron lugar en Vukovar (durante la guerra en Croacia). Las mujeres embarazadas eran trasladadas a Serbia", recuerda Jasna Baksic-Muftic. Entre las v¨ªctimas hab¨ªa ni?as y mujeres ancianas".
Lejla, de 25 a?os, estuvo 15 d¨ªas detenida con su beb¨¦ de 17 d¨ªas en la escuela secundaria de su pueblo natal, Rogatica, en Bosnia oriental. Y afirma que el 90% de las 150 mujeres y ni?as all¨ª capturadas fueron violadas. "Al caer la noche aparec¨ªan los violadores con linternas y entraban en las clases donde est¨¢bamos y se llevaban a varias prisioneras. Cuando eran conducidas al s¨®tano pod¨ªa o¨ªr los gritos y los llantos, pero a veces eran sacadas del edificio".
Lejla conoc¨ªa a casi todos los violadores -"sus nombres y apellidos"-. Eran antiguos compa?eros de clase, de su misma edad y, algunos, viejos amigos. "Todav¨ªa no puedo entenderlo. Crecimos juntos, algunos hab¨ªan pasado largo tiempo en mi casa y ahora nos est¨¢n matando s¨®lo porque ellos son serbios y nosotros musulmanes". Rogatica, que antes de la guerra ten¨ªa 8.500 habitantes de mayor¨ªa musulmana, est¨¢ controlada por las fuerzas serbias, pero el Ej¨¦rcito bosnio mantiene rodeada la ciudad.
"Ser¨¢ muy dif¨ªcil perdonar y olvidar, porque en esta guerra nos conocemos todos", dice desde su refugio de la capital de Bosnia-Herzegovina. "Quiz¨¢", agrega, "¨²nicamente en Sarajevo serbios y musulmanes podremos vivir juntos, pero incluso aqu¨ª habr¨¢ problemas".
"Muchas embarazadas de 12 semanas han venido al hospital a abortar siguiendo los tr¨¢mites reglamentarios -la ley permite el aborto hasta las 20 semanas de embarazo- y nunca han hablado de violaci¨®n", explica el doctor Mehmedbasic. Su hospital lleva contabilizados hasta la fecha 20 abortos, aunque los m¨¦dicos est¨¢n convencidos que la cifra real en Sarajevo es m¨¢s elevada. "Es dif¨ªcil venir a abortar aqu¨ª porque la ciudad est¨¢ asediada. Muchas mujeres han abortado en ciudades como Zagreb, Tuzla, Zenica, Metkovic y Mostar", dice el ginec¨®logo.
Hero¨ªnas y m¨¢rtires
La estrategia de los violadores ha sido en muchos casos mantener a las v¨ªctimas en los campos de detenci¨®n hasta que su avanzado estado de gestaci¨®n impide el aborto. Entonces son liberadas. Ninguna de ellas quiere tener el hijo ni quedarse con ¨¦l. "?Qu¨¦ hacer con los reci¨¦n nacidos que sus madres no quieren?", se pregunta el doctor Mehmedbasic. M¨¦dicos, psic¨®logos, abogados y asistentes sociales barajan dos alternativas: la creaci¨®n de centros o instituciones para albergar estos ni?os o la dispersi¨®n de los reci¨¦n nacidos entre familias del pa¨ªs o del extranjero que est¨¦n dispuestas a adoptarlos. "Creemos que ¨¦sta es la mejor soluci¨®n para que estos ni?os no queden marcados. Ser¨ªa terrible crear una ciudad de 30.000 ni?os que nadie quiere".
La instituci¨®n m¨¢s importante de la comunidad isl¨¢mica de Bosnia, Rijaset, ha hecho un llamamiento a la sociedad para que acepte a estas mujeres "como hero¨ªnas y como m¨¢rtires. Merecen m¨¢s respeto que nadie y pedimos que se las acepte como mujeres v¨ªrgenes, como aquellas que no est¨¢n casadas", dice Muharem Omerdic, vicepresidente de Rijaset. "El profesor Yusuf Kardavi, una de las m¨¢ximas autoridades de la ley isl¨¢mica, emiti¨® desde Qatar una exhortaci¨®n en la que pide a los j¨®venes de Bosnia que se casen con las mujeres violadas "porque son mujeres honorables".
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