Afinidades

He visto sonrisas de conmiseraci¨®n en labios entreabiertamente desde?osos, y no, la imagen no era de culebr¨®n, sino de respuesta de espa?oles asqueados ante la excesiva supeditaci¨®n de nuestra pol¨ªtica exterior a la norteamericana. Y es que los norteamericanos siempre tienen un detalle, y d¨¦cimas de segundo antes de que sus artefactos impacten en cualquier cosa de Irak, tenga la cabeza nuclear o la tenga llena de p¨¢jaros, telefonean y, se ponga quien se ponga al tel¨¦fono, dicen: "?Ah¨ª, va!...". Luego se oye el booomm de rigor, y a esperar la pr¨®xima chapuza disuasoria. Me parece que a los portugueses no les llaman. A los irlandeses no siempre. Los franceses y los ingleses se esfuerzan en demostrar que ellos tambi¨¦n est¨¢n en primera fila y los americanos les dejan actuar de vez en cuando para regalarles el quehacer de grandes potencias.Por Europa empieza a establecerse la impresi¨®n de que el Gobierno espa?ol es el m¨¢s fiel aliado de la pol¨ªtica de EE UU, no desde la subalternidad despersonalizada, sino desde la corresponsabilidad que no mutila los rasgos propios. Por ejemplo, la Virgen se apareci¨® hace a?os en el lugar donde operan nuestros legionarios destinados a Bosnia, detalle que ha sido muy apreciado, a la vez que envidiado por otras tropas all¨ª destacadas con fines humanitarios. Con respecto a Irak, no se aprecia tanto el rasgo diferencial, y por eso propongo que cada vez que se vaya a lanzar algo yanqui contra las perversas instalaciones de Sadam Husein, el Gobierno espa?ol aplauda por sevillanas, con esas fabulosas palmadas que tantas veces han ayudado a nuestra selecci¨®n nacional a conseguir lo imposible. Porque si contin¨²a la pertinaz sequ¨ªa y Europa nos da trato de hijo bastardo y tard¨®n, siempre nos quedar¨¢n los norteamericanos. Al fin y al cabo, a¨²n nos deben el Plan Marshall.