John Major teme que Bill Clinton reduzca la influencia brit¨¢nica en la ONU
El Reino Unido est¨¢ a punto de bajar un nuevo escal¨®n de su largodeclive posimperial. O al menos eso es lo que teme el Gobierno. Encuanto la nueva Administraci¨®n norteamericana empez¨® a hablar de reforma en el Consejo de Seguridad de la ONU, las alarmas se dispararon en Londres. Los rumores sobre una reducci¨®n de la influencia brit¨¢nica en la ONU coinciden con la revelaci¨®n de que las Fuerzas Armadas son ya incapaces de acompa?ar a las norteamericanas, ni siquiera simb¨®licamente, en sus acciones policiales por el mundo. En el Foreign Office, el humor es sombr¨ªo estos d¨ªas.
El nuevo secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, cree que el Consejo de Seguridad de la ONU debe ser reformado. Y para los brit¨¢nicos eso suena a malas noticias: su puesto como miembro permanente del Consejo de Seguridad, con derecho a veto, fue obtenido en su calidad de pa¨ªs vencedor en la Segunda Guerra Mundial. Si el organismo se actualiza, el Reino Unido es quien m¨¢s puede perder. Los tres gigantes (EE UU, Rusia y China) tienen aseguradas sus prerrogativas, pero Francia y el Reino Unido est¨¢n en situaci¨®n delicada.Nadie ha sugerido la exclusi¨®n de los brit¨¢nicos, pero el presidente norteamericano, Bill Clinton, quiere savia nueva. Japonesa y alemana, concretamente, tal vez con la adici¨®n compensatoria de potencias regionales como la India o Nigeria. Y con la ampliaci¨®n, la influencia de Londres se diluir¨ªa. En el peor de los casos, quedar¨ªa reducida al m¨ªnimo : en Washington se juega con la idea de conceder a la, CE un solo asiento en el consejo.
Los n¨²meros est¨¢n en contra del Reino Unido. Jap¨®n y Alemania son el segundo y el tercer contribuyente econ¨®mico a la ONU, por detr¨¢s de EE UU, y reclaman que se les trate en consecuencia. Tras la reunificaci¨®n, Alemania est¨¢ perdiendo complejos, y desde la guerra del Golfo ha empezado a sentirse inc¨®moda con sus limitaciones constitucionales para intervenir militarmente en el exterior. Algo parecido ocurre en Jap¨®n.
Incluso en el ¨¢mbito europeo, el Reino Unido ha pasado a segunda fila. Alemania, Francia y -cierto sentido- Italia tienen econom¨ªas m¨¢s poderosas que la brit¨¢nica. Londres ha resistido hasta ahora en su trinchera del Consejo de Seguridad, pese al declive econ¨®mico, gracias a tres factores: la guerra fr¨ªa, su estrecha alianza con Washington y su fuerza militar.
Pero la guerra fr¨ªa ha terminado. La relaci¨®n especial con EE UU est¨¢ en entredicho: Bill Clinton no ha mostrado ninguna prisa por entrevistarse con John Major, ni parece creer que el Reino Unido sea ya un ayudante indispensable en su pol¨ªtica internacional. Y en cuanto a la fuerza militar, el Parlamento brit¨¢nico conoci¨® esta semana unas cuantas crudas realidades: el Ej¨¦rcito brit¨¢nico est¨¢ al l¨ªmite de sus posibilidades, aun antes de que se aplique la prevista reducci¨®n de efectivos.
El Comit¨¦ de Defensa de a C¨¢mara de los Comunes fue informado el mi¨¦rcoles de que el Reino Unido no pudo enviar soldados a Somalia, tal como pidieron EE UU y la ONU, simplemente porque no los ten¨ªa. Los m¨¢ximos jefes militares dieron a conocer la situaci¨®n real del Ej¨¦rcito y demostraron que ya no. pod¨ªan ejercer el tradicional papel de escudero de EE UU en sus intervenciones exteriores. Aun antes de la prevista reforma militar -que reducir¨¢ el n¨²mero de soldados de 156.000 a 116.000-, las Fuerzas Armadas brit¨¢nicas apenas pueden sostener su despliegue en Irlanda del Norte y sus peque?as dotaciones en Bosnia, Arabia Saud¨ª y las min¨²sculas colonias de ultramar como las Malvinas y Gibraltar.
El Comit¨¦ de Defensa pedir¨¢, previsiblemente, que se anule la reforma militar y que, en lo posible, se refuerce el Ej¨¦rcito. Emitir¨¢ un informe en ese sentido el pr¨®ximo 9 de febrero. Pero el jefe del Foreign Office, Douglas Hurd, se ha apresurado a pedir realismo: "No podemos estar en todas partes, ni podemos hacerlo todo", declar¨® en el Real Colegio de Asuntos Internacionales. "El Reino Unido tendr¨¢ que aceptar un papel m¨¢s limitado en el futuro", agreg¨®.
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