Armas, artesanales para defender Sarajevo
Los ingenieros bosnios ponen su imaginaci¨®n al servicio de la ciudad asediada
En alg¨²n lugar de Sarajevo, a 10 minutos del centro, en un edificio fr¨ªo, desangelado, sin cristales y con huellas de la guerra, como tantos otros de la ciudad, varios hombres se afanan en la elaboraci¨®n de diversos tipos de granadas caseras. Son las que utiliza el Ej¨¦rcito bosnio en su lucha contra las fuerzas serbias y las primeras armas made in Bosnia que estos artesanos producen en una de sus muchas f¨¢bricas camufladas.
Para visitar alguna de estas f¨¢bricas hay que hacer el trayecto con los ojos vendados. Acelerador a fondo -los francotiradores est¨¢n cerca-, el conductor hace varios virajes violentos por las calles de Sarajevo y llega al punto de destino. No hay ninguna vigilancia especial a la entrada del edificio, que, en este caso y aparentemente, alberg¨® en su d¨ªa unos laboratorios. "El mejor camuflaje es que est¨¢n esparcidas por toda la ciudad, en lugares totalmente normales y sin ninguna apariencia militar", dicen los en cargados de la f¨¢brica. Desde el otro lado del r¨ªo Miljaka, los serbios buscan estas instalaciones, celosamente guardadas por los jefes militares bosnios. Hasta ahora s¨®lo han podido destruir una.La evidente inferioridad militar del Ej¨¦rcito bosnio frente a las fuerzas serbias obliga a los habitantes de Sarajevo a un diario ejercicio de imaginaci¨®n para conseguir mantener, corno m¨ªnimo, su capacidad defensiva. La escasez de armamento y munici¨®n se intenta compensar con la fabricaci¨®n de diversos tipos de armas en una serie de talleres artesanales improvisados. La antigua industria y las peque?as f¨¢bricas de la ciudad que siguen bajo la tutela del Gobierno bosnio se han adaptado para la guerra. De una antigua f¨¢brica de llaves, de una planta de cerveza de unos laboratorios o de un taller mec¨¢nico salen ahora armas rudimentarias que, seg¨²n sus productores, son muy eficaces para impedir el avance de la infanter¨ªa serbia.
"Cuando comprendimos que no pod¨ªamos luchar sin armas, creamos estas unidades de producci¨®n", comenta Elmendin Uzinovic, segundo responsable del Centro de Producci¨®n Especial (CNP). Minas explosivas, minas antitanque, minas antipersonal y granadas de mano son los principales productos manufacturados que salen de estas f¨¢bricas.
Los materiales utilizados proceden de sem¨¢foros destruidos por los bombardeos, tuber¨ªas, planchas de aluminio y cobre que: quedaban en las f¨¢bricas de Sarajevo, o restos de proyectiles disparados por el enemigo. Todo es aprovechable para estos inventores de la nada. "Sarajevo y toda Bosnia-Herzegoviria fueron esquilmadas por los serbios. Antes de la guerra tomaron pr¨¢cticamente todas las f¨¢bricas de armas, la industria de la construcci¨®n y todas las f¨¢bricas que utilizaban explosivos y detonadores para fines civiles, lo que demuestra cu¨¢n planificada estaba la agresi¨®n", dice Uzinovic. "En los primeros d¨ªas de la guerra s¨®lo ten¨ªamos unas cuantas pistolas y fusiles, pero carec¨ªamos hasta de granadas de mano", a?ade.
Falta de materiales
El CNP empez¨® a trabajar el 15 de mayo de 1992 como unidad de producci¨®n de armas. "Al principio s¨®lo produc¨ªamos c¨®cteles m¨®lotov y bombas. R¨¢pidamente empezamos la producci¨®n industrial, a peque?a escala"., comenta Smail Vila, responsable t¨¦cnico del centro. Las limitaciones son muchas. La falta de materiales y de la tecnolog¨ªa necesaria impide la fabricaci¨®n de armas ofensivas o, sencillamente, de pistolas, fusiles.
Muchos ingenieros que no se fueron de Sarajevo trabajan para la guerra en el dise?o de los proyectiles. "La mayor¨ªa de nosotros no ten¨ªa ni idea (le armas. Las odi¨¢bamos. Ahora, cada d¨ªa aprendemos algo nuevo, ya que nos hemos visto obligados a defendernos con nuestros propios medios", a?ade Vila, un ingeniero aeron¨¢utico, que trabajaba en una f¨¢brica de motores de avi¨®n del antiguo Ej¨¦rcito Federal en Rajlovac. "No sab¨ªa que en realidad estaba trabajando para el futuro verdugo de mi pueblo", afirma con rabia.
Muchos ingenieros y trabajadores de estas peque?as f¨¢bricas no cobran nada. "Nos ayudan -a inventar e idear nuevas formas para defendernos. No es f¨¢cil encontrar un uso militar a materiales muy extra?os y totalmente inusuales para este tipo de producci¨®n", comenta Vila. La capacidad de producci¨®n var¨ªa seg¨²n las necesidades y la existencia de materiales. El promedio es entre 30 y 50 granadas antitanque diarias. Para el ensamblaje de estos proyectiles se tarda unas siete horas. Los hermanos Rasim y Ramiz Radonia demuestran un mayor dominio en esta tarea. Trabajaron en la f¨¢brica Pretis de Vogosca, perteneciente al Ej¨¦rcito Federal, en la que elaboraban proyectiles de gran calibre y sistemas de propulsi¨®n. Ahora est¨¢ bajo control serbio.
"Cuando termine la guerra nunca volver¨¦ a trabajar en una f¨¢brica de armas. Estoy harto de ellas", dice Rasim, estudiante de mec¨¢nica. Sin embargo, Ramiz agrega: "Si levantan el embargo de suministros militares contra Bosnia-Herzegovina podremos fabricar armas mucho m¨¢s poderosas".
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