Suspende pagos el Hospital General de Catalu?a, s¨ªmbolo de la medicina privada

El Hospital General de Catalu?a, un centro de 750 camas hospitalarias, dotado de la m¨¢s moderna tecnolog¨ªa y concebido como el paradigma de la medicina privada, present¨® ayer suspensi¨®n de pagos, ahogado por la carga financiera. En la suspensi¨®n de pagos declara unos activos de 17.000 millones de pesetas y un pasivo de 13.000.

El Hospital General de Catalu?a lleva funcionando a medio gas desde 1983. En esa fecha ya hab¨ªan cambiado las condiciones que lo hab¨ªan proyectado como el gran centro hospitalario de referencia de Catalu?a. Los primeros s¨ªntomas de la crisis se produjeron en diciembre pasado, cuando la direcci¨®n del centro anunci¨® que no podr¨ªa pagar toda la n¨®mina a sus 700 trabajadores. El proyecto naci¨® en 1973, cuando la medicina p¨²blica en Catalu?a apenas cubr¨ªa el 30% de las camas hospitalarias, con la pretensi¨®n de convertirse en un gran centro privado de referencia para toda Espa?a. El nuevo hospital fue presentado adem¨¢s como una iniciativa de los sectores nacionalistas destinada a dotar a Catalu?a de un centro de renombre internacional.Con estos reclamos, los promotores recaudaron los 7.000 millones de pesetas iniciales que permitieron comprar unos amplios terrenos en Sant Cugat del Vall¨¨s (Barcelona) y construir el edificio. 70.000 socios fundadores entregaron cantidades que oscilaban entre las 25.000 pesetas iniciales y las 260.000 actuales, por una participaci¨®n que les daba derecho a tener prioridad en el ingreso.

La construcci¨®n del hospital coincidi¨® con un fase de expansi¨®n de la sanidad p¨²blica en Catalu?a, de modo que cuando el centro estuvo terminado, en 1981, la estrategia de los fundadores se revel¨® pol¨ªticamente inviable. Ellos hab¨ªan planeado abrir el centro con un concierto con la Seguridad Social, entonces reci¨¦n traspasada a la Generalitat, que asegurara su financiaci¨®n y cubriera a los 70.000 socios adscritos, en su condici¨®n de cotizantes de la sanidad p¨²blica.

Pero en ese mismo momento hab¨ªa dos grandes hospitales de la Seguridad Social ya construidos muy cerca del Hospital General de Catalunya que no abr¨ªan por falta de recursos econ¨®micos. Resultaba, por tanto, pol¨ªticamente inviable destinar recursos p¨²blicos a abrir un hospital privado cuando los p¨²blicos permanec¨ªan cerrados. Ello oblig¨® al hospital a endeudarse con un cr¨¦dito hipotecario y emitir obligaciones, mientras impulsaba una mutua privada entre los socios que no ha logrado superar los 40.000 asociados.