El fin de una era
PERU EGURBIDE Bettino Craxi encontr¨® en 1976 cuando lleg¨® a la secretar¨ªa general, un Partido Socialista Italiano (PSI) dividido y electoralmente estancado en el 10%. Impuso su ley sin grandes miramientos, hizo equipo alrededor de su figura con muchos de los que inicialmente le eran reacios, como el actual presidente del Gobierno, Gluliano Amato, y super¨® el nivel del 15%, que el, PSI no conoc¨ªa desde la escisi¨®n socialdem¨®crata. Pero ayer, en el momento de la despedida, dejaba un partido m¨¢s dividido a¨²n del que encontr¨®, y con unas perspectivas electorales mucho peores que las de hace 17 a?os. Decir hoy que el PSI se enfrenta a su supervivencia no resulta exagerado.
La era de Craxi concluye, adem¨¢s, con el s¨ªmbolo de un fracaso: los dos partidos mayoritarios de la izquierda y la derecha que en 1976 amenazaban con asfixiar al PSI bajo el peso del compromiso hist¨®rico vuelven a ser los brazos de una tenaza que ahora puede cerrarse con total libertad, sin las trabas que impon¨ªa la pol¨ªtica de bloques.
La era de Craxi concluye, en cualquier caso, bajo el signo de la corrupci¨®n -sobre ello caben pocas dudas- y entre una serie de incidentes convulsos que han revelado, precisamente, hasta qu¨¦ punto fue pragm¨¢tico el ¨¦xito de Craxi: en toda la historia de pagos en negro realizados por el Banco Ambrosiano con el patrocinio de la logia mas¨®nica P-2, que precipit¨® el mi¨¦rcoles la ca¨ªda de Claudio Martelli, se encuentra la fuente de dinero que reg¨® el triunfo de Crax1 sobre la izquierda del PSI, aglutinada en tomo a Claudio Signorile.
Ambas alas del socialismo se hab¨ªan enfrentando previamente con una ferocidad casi comparable a la actual por el control del Ente Nacional de Hidrocarburos (ENI), que ha sido la gran fuente de dinero negro para la pol¨ªtica italiana desde los tiempos de Enrico Mattei. Todo ello deja la impresi¨®n de que buena parte de esta ¨²ltima etapa de la historia de Italia se escribir¨ªa mejor a partir de los registros bancarios de algunos para¨ªsos fiscales que con las actas congresuales de los partidos.
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