Una torera valiente

Mixta / Sese?a, Paquiro, S¨¢nchez

Cuatro toros de Palomo Linares, terciados, encastados. Dos novillos de Fernando Pe?a, discretos, gachos, encastados.

Jos¨¦ Luis Sese?a: pinchazo y media baja (silencio); estocada tendida ca¨ªda (algunas palmas). Paquiro: pinchazo hondo tendido trasero y descabello (oreja); cuatro

pinchazos y descabello (silencio). La novillera Cristina S¨¢nchez: dos pinchazos, med¨ªa trasera baja y estocada corta trasera (vuelta); pinchazo saliendo volteada y bajonazo descarado que asoma; se le perdon¨® un aviso (oreja).

Plaza de Valdemorillo, 13 de febrero. Ultima corrida de feria. Lleno.

El toreo de frente -dando el medio pecho, dec¨ªan los cl¨¢sicos, sin ninguna connotaci¨®n sexista- hizo Cristina S¨¢nchez en su deb¨². Es un dato elocuente de lo bien ense?ada que est¨¢, de su aplicaci¨®n en esta asignatura fundamental de la ciencia t¨¢urica y de la torer¨ªa que se trae. No podr¨ªan presumir de lo mismo otros espadas y, adem¨¢s, afront¨® con pundonor y valent¨ªa los m¨²ltiples problemas de la lidia.Cristina S¨¢nchez breg¨® con eficacia, correg¨ªa terrenos sin muestra de aflicci¨®n en los pases comprometidos y cuando el sexto novillo la volte¨® de mala manera, se incorpor¨® encorajinada y sin mirarse. Tambi¨¦n es cierto que los volteretones le valieron la oreja. El p¨²blico suele compensar el infortunio de los toreros regal¨¢ndoles trofeos, y las toreras no habr¨ªan de ser menos, sobre todo si la torera en cuesti¨®n llega primeriza e inexperta.

La inexperiencia se le advert¨ªa a Cristina S¨¢nchez en su escaso temple y en su torpeza para ejecutar la suerte suprema. Despu¨¦s de citar impecablemente al novillo, le dejaba la muleta al alcance de los pitones, con lo cual desluc¨ªa el pase y generaba situaciones de peligro. Luego, al matar, la espada ca¨ªa a la buena de Dios, y la buena de Dios sol¨ªa ser las partes bajas e indefensas del toro.

Comparar a Cristina S¨¢nchez con la torer¨ªa masculina ser¨ªa injusto, tanto para ella como para la masculina torer¨ªa. Es lo malo que tienen las corridas mixtas, donde un novillero alterna con matadores de alternativa. Las comparaciones son inevitables, a pesar de que aqu¨¦l lidia novillitos (poco riesgo, por tanto, aunque sea principiante y mujer) mientras ¨¦stos han de medirse con el toro de respeto. Los toros de este festejo a?ad¨ªan el problema de la edad, pues eran cinque?os. Y se not¨®. El primero, poco picado, se recrec¨ª¨® en banderillas y desbord¨® totalmente a Jos¨¦ Luis Sese?a. El quinto se puso reserv¨®n y Paquiro, valent¨ªsimo en esta faena, hubo de porfiarlo en la querencia de tablas, sin m¨¢s provecho que robarle unos cuantos pases sueltos. La ley de las compensaciones brind¨® a ambos espadas sendos toros pastue?os, que tuvieron dispar aprovechamiento. Paquiro cuaj¨® al suyo una faena redonda, bien construida desde los pases de rodillas iniciales hasta los postreros adornos, en la que hubo abundantes tandas de redondos y naturales, ce?idas y ligadas. Sese?a, en cambio, desaprovech¨® con enganchones y probaturas las buenas embestidas del cuarto toro. Una l¨¢stima, porque sabe torear y lo demostr¨® en los lances a la ver¨®nica. Seguramente le falt¨® decisi¨®n a Sese?a; justo lo que derrocharon con aut¨¦ntica ilusi¨®n de triunfo, su compa?ero Paquiro y la valiente se?orita torera.