Ilustraci¨®n de cuentos
Ouka Lele
Galer¨ªa Masha Prieto. Traves¨ªa de Bel¨¦n, 2, Madrid. Hasta el 15 de marzo.
Contaba Ouka Lele hace unos a?os: "Siempre estoy empezando, siempre manteniendo esa mirada pura de la infancia, cuando nada a¨²n ten¨ªa nombre", y, sin duda, ¨¦ste ha sido el esp¨ªritu al cual se ha ajustado la totalidad de su producci¨®n hasta la fecha. Da igual que utilice la c¨¢mara gigante -50 por 60 cent¨ªmetros- de fotograf¨ªa instant¨¢nea Polaroid, o le a?ada a una copia en blanco y negro los p¨¢lidos cromatismos de los tonos pastel, o que construya objetos a los que incorpora una toma, para que el contrapunto nos remita a las ilustraciones de un cuento.Para ella, los ¨¢mbitos de la fotograf¨ªa precisan de los mestizajes m¨¢s variados: no se trata s¨®lo de pintar la foto, sino tambi¨¦n de la construcci¨®n de objetos tridimensionales a los que incorporar la toma, cuando no pura y simplemente optar por la pintura, como hace en esta ocasi¨®n con cuatro muestras de t¨¦cnica mixta. En su producci¨®n ocurre todo lo contrario a la inversi¨®n de los papeles surgidos entre las relaciones de la fotograf¨ªa y la pintura, sobre todo a partir de los sesenta, con los combine paintings americanos (Robert Rauschemberg y los primeros trabajos de Warhol), en, los que los artistas del pincel tomaron la foto como referente. Ouka Lele ahora pinta; posiblemente siempre lo ha hecho, s¨®lo que, en esta ocasi¨®n, entre las fotos cuelga esos cuatro cuadros (entre 80.000 y 100.000 pesetas) y una carpeta. Un fen¨®meno curioso hacia el que han derivado numerosos operarios de la c¨¢mara. Mezcla de la fotograf¨ªa con otras ¨¢reas pl¨¢sticas, as¨ª el estuche que encierra una rama pintada, la varita de los colores (650.000 pesetas), en cuya tapa se reproduce fotogr¨¢ficamente ¨¦sta. 0 las estrategias literarias de los t¨ªtulos que acompa?an a los retratos (950.000 pesetas) -algunos de ellos un poema-, que forman estructuralmente parte de ella.
Resultan sintom¨¢ticos los cambios de lenguaje que envuelven la fotograf¨ªa -especialmente, el hincapi¨¦ que se hace de que se trata de "un ¨²nico ejemplar"- cuando se introduce en circuitos comerciales a los que es ajena, m¨¢xime en Espa?a. Sin entrar en la bondad, o no, de que la naturaleza del medio impone su multiplicidad, su difusi¨®n, el potencial infinito del clich¨¦, en esta muestra sobresale la singularidad. Tambi¨¦n lo peque?o, tanto de la sala (que a su favor cuenta con una apuesta constante por la fotograf¨ªa) como del reducido n¨²mero de obras expuestas, que saben a poco, si bien aportan una visi¨®n global de sus trabajos.
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