Lisboa exige a la UNITA que negocie con el Gobierno de Dos Santos
El Gobierno portugu¨¦s lanz¨® ayer un llamamiento a Jonas Savimbi, l¨ªder de la guerrilla angole?a de la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) para que celebre una nueva ronda de negociaciones con el Gobierno del Movimiento Popular para la Liberaci¨®n de Angola (MPLA) en Addis Abeba, la capital de Etiop¨ªa. "Si la UNITA quiere la guerra, debe decirlo claramente y actuaremos en consecuencia", dijo a EL PA?S el embajador Antonio Monteiro, representante de Portugal en la troika de pa¨ªses observadores de los acuerdos de paz para Angola, que incluye tambi¨¦n a Estados Unidos y Rusia.
El ministro portugu¨¦s de Exteriores, Manuel Durao Barroso, uno de los art¨ªfices de los acuerdos de paz de Angola firmados por la UNITA y el MPLA en 1991, se dirigi¨® ayer personalmente a Jonas Savimbi al exigir el cese de las hostilidades reanudadas el pasado octubre tras el rechazo por parte del dirigente guerrillero de los resultados electorales desfavorables a su movimiento. "?Cu¨¢ntos muertos ser¨¢n a¨²n necesarios para traer la paz al pa¨ªs martirizado?", dijo Barroso al dirigirse a Savimbi.Seg¨²n los c¨¢lculos de Lisboa, el n¨²mero de los muertos producidos por los combates en la ciudad de Huambo es ya superior a 10.000 personas y miles de heridos agonizan sin asistencia m¨¦dica. Adem¨¢s, el Gobierno de Lisboa teme que decenas de familias portuguesas residentes en Huambo hayan muerto v¨ªctimas de los bombardeos y de la limpieza ¨¦tnica llevada a cabo por los rebeldes. El Ministerio espa?ol de Exteriores carec¨ªa ayer de informaci¨®n sobre la situaci¨®n en que se encuentran las misioneras espa?olas en la zona.
El representante norteamericano en Luanda, Edmond Dejarnette ha sido llamado para consultas a Washington; el pasado s¨¢bado los tres observadores del proceso de paz (Portugal, Rusia y EE UU) lanzaron un ultim¨¢tum al movimiento de Jonas Savimbi: ten¨ªa hasta las diez de la noche de ayer para acordar con la representante del secretario general de la ONU, la brit¨¢nica Margaret Anstee, la fecha de la nueva ronda de negociaciones en Addis Abeba.
El movimiento de Savimbi est¨¢ cada vez m¨¢s aislado internacionalmente, y las consecuencias de una respuesta negativa puede incluir la normalizaci¨®n inmediata de las relaciones entre Washington y Luanda y el visto bueno al rearme del Ej¨¦rcito gubernamental por parte de Occidente.
El rechazo por parte de UNITA de la tregua de cinco d¨ªas, pedida por Anstee, para que la Cruz Roja pueda evacuar los heridos, enterrar los muertos y llevar ayudas humanitarias a la poblaci¨®n civil de la ciudad de Huambo parece haber agotado la paciencia de las canciller¨ªas occidentales y de los observadores. "Seg¨²n las noticias que nos llegan, hay miles de muertos y heridos, incendios, pillajes, matanzas, y no podemos cruzar los brazos ante tal hecatombe", dice Antonio Monteiro, para quien la tregua humanitaria ser¨ªa solo una forma de "atenuar los efectos de la situaci¨®n".
En dos comunicados divulgados el pasado fin de semana, los observadores atribuyeron a la UNITA la responsabilidad del reinicio de la guerra.
Por otra parte, una decena de diputados de la UNITA (de un total de 77) ocuparon ayer sus esca?os en una sesi¨®n extraordinaria del nuevo Parlamento en Luanda, distanci¨¢ndose de la pol¨ªtica de Savimbi.
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