Antecedentes de una expropiaci¨®n
Pr¨®ximo a cumplirse el d¨¦cimo aniversario de la expropiaci¨®n del grupo Rumasa, a¨²n sigue viva la pol¨¦mica sobre los motivos, necesidad y oportunidad de la medida. El presente art¨ªculo expone algunas de las conclusiones de la investigaci¨®n desarrollada a lo largo de siete a?os -y presentada recientemente como tesis doctoral-, en la que el autor realiza un pormenorizado an¨¢lisis del citado grupo.
En el marco del modelo desarrollista y de la expansi¨®n experimentada por la econom¨ªa espa?ola en la d¨¦cada de los sesenta se asisti¨® al surgimiento y desarrollo de nuevos grupos empresariales y financieros, siendo el grupo Rumasa uno de los exponentes m¨¢s representativos de estos nuevos agentes que protagonizaron el milagro econ¨®mico espa?ol.El trampol¨ªn que impuls¨® los negocios de la familia Ruiz Mateos fue la firma, en julio de 1958, de un contrato de abastecimiento en exclusiva de vinos de Jerez a la compa?¨ªa brit¨¢nica Harvey's. A partir de la acumulaci¨®n obtenida con este contrato, los hermanos Ruiz Mateos constituyeron en 1961 el holding Rumasa, SA, que, manteniendo una estructura de propiedad familiar, logr¨® una r¨¢pida expansi¨®n y diversificaci¨®n de sus inversiones, erigi¨¦ndose en paradigma de la capacidad de iniciativa y del dinamismo que propiciaba la nueva pol¨ªtica tecnocr¨¢tica. La importante expansi¨®n de este grupo durante los a?os sesenta y primeros setenta se vio favorecida, adem¨¢s de por la bondad del ciclo econ¨®mico, por factores relacionados con el modelo corporativo imperante, caracterizado por un notorio intervencionismo estatal y un elevado grado de discrecionalidad administrativa, que permiti¨® a Rumasa gozar del favoritismo activo y pasivo de las autoridades, que en ocasiones se concret¨® en apoyos econ¨®micos -casos de los bancos Siero y Murciano- y, en otras, en un trato jur¨ªdico-pol¨ªtico favorable -caso de la transformaci¨®n del Banco Forestal en Banco Industrial del Sur-.
Desde un principio la pol¨ªtica de crecimiento estuvo basada en la incorporaci¨®n de empresas con dificultades o en crisis, estrategia que respond¨ªa a una concepci¨®n especulativa de los negocios, que conced¨ªa una importancia fundamental al bruto patrimonial y al coste de adquisici¨®n de las empresas, relegando a un segundo plano el neto patrimonial y la cuenta de resultados de las mismas.
Acumular activos
Mediante esta f¨®rmula se trataba. de acumular la mayor cantidad de activos posibles con el m¨ªnimo coste, confiando que su revalorizaci¨®n futura -en una coyuntura inflacionista- compensara los costes derivados de su adquisici¨®n, financiaci¨®n, eventuales p¨¦rdidas, e incluso permitiera la obtenci¨®n de plusval¨ªas en una posterior venta.
La evoluci¨®n macroecon¨®mica de los a?os sesenta y primera mitad de los setenta permiti¨® al grupo superar, sin especiales problemas, las dificultades inherentes a este modelo de expansi¨®n. Durante el periodo 1961-1976, la principal fuente de ingresos del holding residi¨® en las ganancias especulativas procedentes de la compraventa de activos inmobiliarios -a?os sesenta- y de entidades bancarias -mitad de los setenta-, resultando mucho m¨¢s moderados los ingresos obtenidos a trav¨¦s de los dividendos procedentes de las filiales, que, salvo contadas excepciones, se mantuvieron con resultados modestos o negativos.
Los problemas derivados de la estrategia de crecimiento basada en la adquisici¨®n de sociedades con dificultades comenzaron a manifestarse a ra¨ªz del cambio de tendencia del ciclo econ¨®mico originado por la crisis energ¨¦tica de 1973. Durante el trienio 1972-1974, coincidiendo con el periodo previo y de inicio de la crisis, Rumasa realiz¨® una fuerte expansi¨®n empresarial -el n¨²mero de compa?¨ªas aument¨® de 58 a m¨¢s de 200- y bancaria -el n¨²mero de bancos pas¨® de 8 a 15-, destacando la adquisici¨®n de los bancos Noroeste y Condal, que englobaban un numeroso grupo de empresas cuya crisis hab¨ªa arrastrado a los bancos matrices.
Rumasa no valor¨® adecuadamente la gravedad de la recesi¨®n econ¨®mica y trat¨® de aprovechar la coyuntura para seguir acumulando activos a bajo precio. Los riesgos de esta estrategia resultaron notoriamente amplificados como consecuencia de la considerable descapitalizaci¨®n que padec¨ªa el grupo. A este respecto hay que resaltar que la escasez de recursos propios de la matriz y de sus sociedades filiales constituy¨® tradicionalmente el principal problema de Rumasa y el principal determinante de su posterior crisis.
En la nueva coyuntura recesiva se agrav¨® la delicada situaci¨®n de las compa?¨ªas, mientras que el cambio de expectativas impidi¨® la materializaci¨®n de operaciones de compraventa de activos o sociedades con obtenci¨®n de plusval¨ªas. Por otra parte, la restrictiva pol¨ªtica monetaria aplicada por el Gobierno a partir de mediados de 1977 gener¨® una considerable alza de los tipos de inter¨¦s y, por tanto, de los costes financieros del grupo, que, financiaba su expansi¨®n b¨¢sicamente con endeudamiento. En definitiva, el nuevo contexto macroecon¨®mico presion¨® con un crecimiento de costes y una ca¨ªda de ingresos, haciendo que la compa?¨ªa holding registrase en 1977, por primera vez en su historia, resultados negativos. Su desequilibrada estructura financiera y el resto de debilidades estructurales sobre las que se hab¨ªa asentado la expansi¨®n originaron que en 1978 la pr¨¢ctica totalidad de los sectores en que se hallaba presente cerrasen el ejercicio con p¨¦rdidas.
A pesar de todo, el grupo insistir¨ªa posteriormente en su af¨¢n expansivo. Entre 1978 y la fecha de la expropiaci¨®n efectu¨® la m¨¢s importante y acelerada expansi¨®n de su historia, en unas circunstancias adversas, tanto desde el punto de vista de la solvencia previa del mismo como de las condiciones imperantes en el entorno econ¨®mico. Esta expansi¨®n, basada de nuevo en la compra de sociedades en crisis, agrav¨® la situaci¨®n econ¨®mica del grupo y multiplic¨® espectacularmente sus p¨¦rdidas. As¨ª, en la compa?¨ªa matriz, Rumasa, SA, el monto de las mismas se increment¨® de 1.313 millones de pesetas en 1977 a 45.752 millones, en 1982. La consecuencia final fue la generaci¨®n de un elevado d¨¦ficit patrimonial que a 23 de febrero de 1983 alcanzaba 259.339 millones de pesetas. La acelerada -y aparentemente parad¨®jica- pol¨ªtica de crecimiento realizada en la etapa m¨¢s aguda de la recesi¨®n logr¨® que cuantas m¨¢s empresas, ventas y empleo se acumulaban, mayor era la sensaci¨®n de solvencia transmitida a la opini¨®n p¨²blica, en tanto eventual depositante de sus bancos. No hay que olvidar que los bancos constitu¨ªan el pulm¨®n financiero de las empresas y, por tanto, el pilar b¨¢sico en el que se asentaba la supervivencia de aqu¨¦llas.
Obsesi¨®n por la imagen
Rumasa siempre cuid¨® extraordinariamente su imagen y, de hecho, la forjada en esos a?os, de grupo poderoso y solvente, perdura incluso despu¨¦s de la expropiaci¨®n. La obsesi¨®n por la imagen era tal que lleg¨® a condicionar considerablemente el modelo de organizaci¨®n interna del grupo y su propia estructura societaria.
En cuanto a la organizaci¨®n funcional interna, Rumasa constitu¨ªa una unidad econ¨®mica en la que la capacidad de decisi¨®n se hallaba absolutamente centralizada en la figura de su presidente. A diferencia de lo habitual en los conglomerados de este tama?o, en Rumasa no exist¨ªan ¨®rganos pluripersonales de direcci¨®n a nivel central, y hab¨ªa una ausencia casi total de organizaci¨®n y de funciones delegadas. Por raro que pueda parecer, sus m¨¢ximos ejecutivos -los directores generales de divisi¨®n- nunca estuvieron reunidos en una misma mesa de trabajo al objeto de coordinar sus actividades. Cada uno de ellos despachaba directamente con la presidencia y ten¨ªan absolutamente prohibido comentar cuestiones relativas a sus propias divisiones con el resto de directores. De esta forma ten¨ªan un conocimiento parcial del grupo, y carec¨ªan de una visi¨®n de conjunto. El ¨²nico que centralizaba. toda la informaci¨®n y que, por tanto, conoc¨ªa en toda su amplitud y de forma global la verdadera situaci¨®n, era el presidente.
M¨¢xima opacidad
Igual que en lo relativo a su organizaci¨®n funcional y con la misma finalidad gen¨¦rica de procurar la m¨¢xima opacidad en cuanto a su dimensi¨®n, operatoria y estado de situaci¨®n, la estructura societaria del grupo Rumasa presentaba una excesiva complejidad comparativamente a la necesaria para instrumentar formalmente sus actividades empresariales. Sobre una realidad empresarial en la fecha de la expropiaci¨®n de aproximadamente 225 sociedades con actividad real gravitaba un aparato societario formal de m¨¢s de 700 compa?¨ªas, estructuradas de forma extremadamente compleja a trav¨¦s de m¨²ltiples e intrincadas interrelaciones directas e indirectas y por la oculta titularidad de una parte de las mismas, vinculadas a trav¨¦s de interposiciones fiduciarias.
Este laberinto societario procur¨® a Rumasa una eficaz protecci¨®n frente a las firmas auditoras, autoridades monetarias e inspecci¨®n tributaria y, en general, frente a todo aquel que pretendiera un conocimiento aproximado de su dimensi¨®n real, grado de concentraci¨®n de riesgos de sus bancos y aut¨¦ntico estado de situaci¨®n de sus empresas. Este complicado entramado tambi¨¦n le permiti¨® enmascarar la utilizaci¨®n sistem¨¢tica de heterodoxas pr¨¢cticas: distorsiones contables; ocultaciones tributar¨ªas; colocaci¨®n en el extranjero, sin autorizaci¨®n oficial, de importantes cantidades de divisas, etc¨¦tera.
La tradicional resistencia a la entrega de informaci¨®n, la sistem¨¢tica obstrucci¨®n de la labor de los inspectores y auditores, y la escasa receptividad a las recomendaciones que persistentemente ven¨ªa realizando el Banco de Espa?a desde 1976, para que el grupo frenase su expansi¨®n empresarial, y desde 1978, para que realizase auditor¨ªas de los bancos y empresas, determina ron a la autoridad monetaria a trasladar al Gobierno la responsabilidad de la adopci¨®n de una resoluci¨®n del problema, alertando a su vez de las previsibles implicaciones y de la erosi¨®n de confianza que podr¨ªa generar sobre el conjunto del sistema financiero una eventual crisis de los bancos de Rumasa. En un informe realizado el 12 de noviembre de 1982 para la comisi¨®n de transmisi¨®n de temas tras las elecciones generales, el Banco de Espa?a inform¨® al Gobierno de la historia de las relaciones con Rumasa, de la presumible situaci¨®n econ¨®mica del grupo y de las medidas susceptibles de adoptar, se?alando concreta mente cuatro y especificando que s¨®lo la expropiaci¨®n permit¨ªa una soluci¨®n global del tema. Una soluci¨®n que por sus caracter¨ªsticas y repercusiones resultar¨ªa inevitablemente controvertida.
es profesor de Econom¨ªa Aplicada de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense.
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