Papel estelar como revisor de la Renfe

Los escritores que anoche celebraron en Madrid el recuerdo de Juan Benet consiguieron hacer re¨ªr en numerosas ocasiones a la concurrencia, lo que le dio al homenaje un aire festivo muy a tono con la personalidad arrebatadoramente humor¨ªstica que todos coincidieron en atribuirle al autor de Volver¨¢s a Regi¨®n.

Vicente Molina Foix se refiri¨® al talento histri¨®nico de Benet, que alcanz¨® una peque?a proyecci¨®n p¨²blica cuando un grupo de amigos decidi¨® que no se pod¨ªa echar a perder en el c¨ªrculo familiar. "Y le convencimos para formar una peque?a compa?¨ªa que de manera m¨¢s organizada hac¨ªa representaciones, generalmente en su casa de la calle Pisuerga y a veces fuera", cont¨® Molina Foix. "Recuerdo que en una ocasi¨®n actuamos en una fiesta de Jaime Garc¨ªa A?overos con todo nuestro repertorio. La compa?¨ªa la form¨¢bamos esencialmente Juan Garc¨ªa Hortelano, Natacha Sese?a, Juan Benet y yo, y a veces, como estrella invitada, Jaime Salinas".

El n¨²mero favorito de la compa?¨ªa, que era tambi¨¦n el m¨¢s solicitado, era la escenificaci¨®n de la visita de una familia argentina a Espa?a. Molina Foix representaba al marido, Natacha Sese?a a la mujer -"con un excelente acento porte?o"-, Juan Garc¨ªa Hortelano al ni?o de la familia y Juan Benet al revisor de la Renfe. "Garc¨ªa Hortelano se caracterizaba maravillosamente de ni?o con un pa?uelo en la cabeza con cuatro nudos", record¨® Molina Foix, "y yo, como padre arisco, constantemente le daba cortes al ni?o porque, en vista de lo que la Renfe, es decir Espa?a, le deparaba en ese viaje (todo sinsabores, groser¨ªas, anuncios constantes de la llegada a Motilla del Palancar ... ), no cesaba de gritar, en la voz de Garc¨ªa Hortelano: '?Mam¨¢, yo quiero ir a Punta del Este!'"-.

El cese del ministro

En el repertorio de la compa?¨ªa tambi¨¦n hab¨ªa alg¨²n otro n¨²mero de un g¨¦nero un poco m¨¢s selecto. "Y ah¨ª interven¨ªa a veces Jaime Salinas, en las piezas un poco n¨®rdicas" dijo Molina Foix. "Benet ten¨ªa obsesi¨®n por el cineasta Dreyer, yo hab¨ªa tratado de convencerle de que era un gran maestro aunque a Benet no le acababa de entrar; aunque algo le hab¨ªa quedado, porque en una de las representaciones hac¨ªamos a la manera de Dreyer, y era una escena muy hermosa, el cese de un ministro. Con gran parsimonia, con toques del cine mudo, muy expresionista".

"Por ¨²ltimo", dijo Molina Foix para se?alar la amplitud y exquisitez del repertorio, "hab¨ªa algunas piezas de kabuki, que hicimos muy pocas veces porque era un g¨¦nero muy dificil".