Los disc¨ªpulos de Juan Benet celebran la rebeld¨ªa y el enorme legado literario del escritor

"Estamos viviendo un mal sue?o" dijo ayer Javier Mar¨ªas. El pasado 23 de noviembre, escritores, editores y pol¨ªticos se reun¨ªan en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid para rendir homenaje a Juan Garcia Hortelano, fallecido el 3 de abril de 1992. Justo tres meses despu¨¦s, ayer, escritores, editores y pol¨ªticos volvieron a reunirse para homenajear a Juan Benet, fallecido el 5 de enero de 1993. Nadie pudo ocultar la emoci¨®n, pero la tristeza dio paso a la celebraci¨®n. Los discipulos de Benettomaron la palabra para recrear su controvertida personalidad: rebelde, inconformista, generoso, bura?o, comediante. Destacaron, sobre todo, su enorme legado literario. "Juan Benet renov¨® el lenguaje literario espa?ol" dijo Eduardo Mendoza.

"Cualquier persona, por la calle, pensar¨¢ con im¨¢genes que le ha regalado Juan Benet". Fue el homenaje definitivo de Mendoza a su maestro Juan Benet. "No ha habido escritor que haya influido m¨¢s decisivamente en otros autores que Juan Benet. Incluso quienes no lo han le¨ªdo ni piensan leerle est¨¢n influidos por ¨¦l. Yo pens¨¦ no estarlo, hasta que muy tarde me di cuenta no s¨®lo de que hab¨ªa recibido su influencia sino que se hab¨ªa convertido en un modelo. Juan Benet renov¨® el lenguaje literario espa?ol"." Gracias a la operaci¨®n que hizo Juan Benet con el espa?ol se pudo iniciar una nueva etapa en la traducci¨®n de autores extranjeros, como Bernhard o Handke, que no se habr¨ªan podido traducir al espa?ol si no hubiera existido la obra de Juan Benet, porque el espa?ol no ten¨ªa las herramientas para poder incorporar no unas palabras ni unos t¨¦rminos, sino una forma de pensamiento y unos ritmos de pensamiento, que es lo que da a la literatura un sentido m¨¢s amplio", a?adi¨®.

" Juan Benet se dedic¨® a contar todo aquello importante que en Espa?a no hab¨ªa ocurrido o de lo que nadie hab¨ªa dejado constancia", prosigui¨® Mendoza. "?l escrib¨ªa a ciegas, y de ah¨ª su estilo casi algor¨ªtmico, de ir abriendo puertas y volvi¨¦ndolas a cerrar porque detr¨¢s no hay nada. Y en ese camino descendente, de curvas y de puertas abiertas, cerradas, pasillos que se truncan y de los que hay que volver, o sea, de este algoritmo, salieron estas historias que son un testimonio inevitable de la Espa?a contempor¨¢nea, que son la historia de nuestra oscuridad y nuestra noche. Este es el recuerdo que yo quer¨ªa dedicar aqu¨ª a Juan Benet, el agradecimiento por el regalo que ¨¦l nos hizo d¨¢ndonos un nuevo lenguaje", concluy¨® Mendoza.

Sin premios ni honores

Juan Benet (Madrid, 1927) muri¨® el pasado 5 de enero a consecuencia de un tumor cerebral, detectado apenas tres meses antes. Benet se fue sin premios ni honores, pero con el reconocimiento un¨¢nime del mundo de las letras hacia su obra. De esta obra y de la tremenda personalidad del escritor se habl¨® ayer en un homenaje organizado por el C¨ªrculo de Bellas Artes y por Alfaguara, editorial que ha publicado numerosas obras de Benet y que ahora reedita Sa¨²l ante Samuel y En el Estado. Moder¨® el acto el director del C¨ªrculo de Bellas Artes, Enrique . Baquedano. Entre las adhesiones recibidas figuraba la del ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, que no pudo asitir.

Antonio Mart¨ªnez Sarri¨®n, Javier Mar¨ªas, Fernando Savater, Vicente Molina Foix y Juan Cruz, adem¨¢s de Mendoza, recrearon apasionadamente la figura del escritor. La acercaron y la hicieron entra?able. Consiguieron que las alrededor de 500 personas que llenaban la Sala de Columnas del C¨ªrculo sintieran muy pr¨®ximo y vivo al escritor.

Mart¨ªnez Sarri¨®n hizo un perfil literario de Benet en el que destac¨® la poes¨ªa y los resgistros sensoriales en la obra del escritor. "Art¨ªstica y vitalmente tuvo siempre un horizonte de independencia con coloraci¨®n libertaria. Fue un enemigo ac¨¦rrimo de lo convencional".

Juan Cruz lo defini¨® como un "ejemplo de timidez, elegancia y sabidur¨ªa" y explic¨® algunos rasgos de su personalidad a trav¨¦s de an¨¦cdotas: el llanto sin freno de Benet despu¨¦s de la muerte de Carlos Barral o su faceta de "justiciero bondadoso, cuando, hace 20 a?os, recrimin¨® a un camarero por obligar a un pordiosero a abandonar un bar. 'Usted es un grosero y yo a usted no le abono', dijo Benet y se fue".

Savater habl¨¦ del Benet articulista y pidi¨® que se re¨²nan en un libro sus art¨ªculos publicados en EL PA¨ªS. "Son magistrales, y muestran al verdadero inconformista. Rompen el coro y la propia imagen. Para el lector razonable y de buen gusto contribuyen a romper los estereotipos. Jam¨¢s introdujo el jarabe de la bondad o la idea pringosa de las buenas intenciones". "Esa tendencia a no despertar la compasi¨®n lacrimosa es la que le val¨ªa la animadversi¨®n de columnistas, de telepredicadores, de este tipo de gente que tiene con el talento la misma relaci¨®n que los perros con las farolas, es decir, que cuando lo ven a lo lejos se arriman, levantan la pata y mean. Esta relaci¨®n funcionaba mucho con la figura de Benet, que ya con la estatura ten¨ªa algo de farola, de modo que suscitaba este arrimo babeante a su figura", a?adi¨®. Savater destac¨® el humor de Benet ante esos ataques, tambi¨¦n presente en casi todos sus textos. "Humor que Benet lleg¨® a teorizar", dijo.

"Mucha animadversi¨®n"

Javier Mar¨ªas, que cerr¨® el acto, habl¨® tambi¨¦n de la "mucha animadversi¨®n" que despertaba Juan Benet en algunos medios y sali¨® en defensa del "buen nombre de una persona ya muerta". "Era gracioso y encantador", dijo, "pero no con aquellos con los que no deb¨ªa ser simp¨¢tico".

Mar¨ªas, quiz¨¢ el m¨¢s emocionado de los disc¨ªpulos presentes, defini¨® a Benet como un hombre "alegre y al mismo tiempo ensombrecido, que abominaba de cualquier sentimentalismo y con una gran iron¨ªa hacia s¨ª mismo. Es con quien m¨¢s me he re¨ªdo". Y record¨® una de las ¨²ltimas cenas con el escritor, cuando ya empezaba a notar los primeros s¨ªntomas de su enfermedad, y se sent¨ªa especialmente sensible a finales de septiembre pasado. "Se pas¨® el tiempo diciendo que estaba afeminado. Se neg¨® a probar el vino, porque 'estaba muy afeminado' y desconcert¨® al camarero pidiendo: 'Un postre suficientemente afeminado para mi condici¨®n actual'. Ten¨ªa una comicidad repetitiva".

Quedan, por fortuna, los libros de Benet, su gran legado, pero ya no el privilegio de estar a su lado, de ser su amigo. "Como escritor era emocionante, pero como persona era a¨²n m¨¢s emocionante", finaliz¨® Javier Mar¨ªas.