El fiscal culpa del fallo del acelerador al t¨¦cnico de General Electric y al hospital

Tan responsable fue Mariano Conte, t¨¦cnico de la General Electric, por manipular err¨®neamente el acelerador del Cl¨ªnico de Zaragoza, como el personal sanitario del centro, por no cumplir sus funciones correctamente y evitar la sobreirradiaci¨®n de 27 pacientes oncol¨®gicos. ?sa fue una de las ideas defendidas ayer por el fiscal del caso al exponer su informe: "Tuvo una gran responsabilidad en los hechos", en referencia al tecnico, "pero no la ¨²nica".

El fiscal calific¨® de tr¨¢gico el fallo del acelerador: "No puede ser que un aparato que deb¨ªa servir para curar, sirviera para matar". Jos¨¦ Rivera, representante del ministerio p¨²blico, justific¨® la m¨ªnima pena pedida para los ocho encausados -a los otros tres les liber¨® de cargos- de seis meses de prisi¨®n por creer que en este caso no tiene sentido la pena privativa de libertad. "No ser¨ªa justo que estas personas ingresaran en la c¨¢rcel", dijo.Tanto el fiscal como el resto de los acusadores particulares que ayer informaron en el juicio iniciaron sus alegaciones con un recuerdo tanto para los 20 enfermos fallecidos por la sobreirradiaci¨®n como para los lesionados y las familias de todos ellos. Mientras, los abogados defensores solicitaron la absoluci¨®n de todos los acusados y hoy argumentar¨¢n sus posturas.

Para Rivera est¨¢ claro que el fallo del acelerador fue consecuencia de la incorrecta manipulaci¨®n que hizo el t¨¦cnico de la General Eectric al intentar arreglar una aver¨ªa: "Enga?¨® a los sistemas de seguridad del acelerador y todos los pacientes sufrieron una irradiaci¨®n concentrada tres veces superior a la normal".

Seg¨²n Rivera, del da?o directo de los enfermos tambi¨¦n son responsables el resto de los acusados. La directora del hospital, Rosario Jaquotot, por no vigilar que se cumplieran las ¨®rdenes sobre el control comunicaci¨®n de las aver¨ªas del acelerador. La jefe del servicio de protecci¨®n radiol¨®gica, Araceli Hern¨¢ndez, por no realizar las calibraciones dosim¨¦tricas del aparato. "Es absurdo decir que la mejor protecci¨®n del enfermo es no radiarlo. La protecci¨®n es radiarlos, pero adecuadamente", matiz¨® Rivera.

En cuanto a las tres enfermeras y el supervisor ATS encausados, el fiscal encuentra que son responsables de lo sucedido por no haber dado la alarma al ver que la aguja del galvan¨®metro marcaba constantemente valores altos. "No debieron conformarse con la explicaci¨®n del t¨¦cnico de que la aguja estaba encasquillada. Debieron comunicarlo inmediatamente al servicio de protecci¨®n radiol¨®gica", precis¨®. Respecto a la f¨ªsica y primera supervisora del acelerador, Esther Mill¨¢n, el fiscal le recremin¨® no haber actuado con m¨¢s diligencia ante la an¨®mala posici¨®n del galvan¨®metro.

Fiscal y acusadores manifestaron que ning¨²n canal de informaci¨®n del hospital relacionado con el acelerador no funcion¨®, y defendieron las elevadas indemnizaciones por la gravedad del accidente, "¨²nico e ins¨®lito" en la historia de la medicina, tal como lo describieron.

Garc¨ªa Rodeja, el letrado que representa a una de las afectadas -madre de una de las ATS encausadas- pidi¨® a la juez una sentencia ejemplar, porque entiende que el fallo ha acarreado terribles consecuencias para los afectados, pero tambi¨¦n para "cientos, miles de perjudicados potenciales usuarios de la sanidad p¨²blica".