Una familia pobre, desalojada de una vivienda social destinada a familias pobres
?ngel L¨®pez, un alba?il de 23 a?os; su es posa, Carmen Gallego, embarazada de ocho meses, y su hija de tres a?os se queda ron ayer en la calle, desalojados por orden judicial del piso que okupaban en San Blas. La casa pertenece al Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), del Gobierno regional. Hace cuatro a?os vieron que llevaba meses vac¨ªa y dieron la patada porque no pod¨ªan afrontar el pago de un alquiler ni vivir con sus familiares, que ya est¨¢n hacinados en sus domicilios. Durante este tiempo no han tenido luz porque el anterior adjudicatario del piso se llev¨® el contador.
Varios vecinos del bloque observaban, indignados y apenados, el desahucio de la joven pareja. "?sta es gente buena y educada, que cumple y no se mete con nadie, pero les ha tocado la china, cuando hay otros que revenden los pisos o que no viven en ellos", comentan enfadados. Todos enumeran casos de viviendas sociales que permanecen vac¨ªas en el barrio, algunas incluso desde hace decenas de a?os, mientras sus beneficiarios habitan en otros domicilios, o porque est¨¢n inmersas en largos procedimientos judiciales.Carmen Gallego agarraba a su hija, Tamara, de la mano y lloraba mientras ve¨ªa que los empleados de la mudanza trasladaban sus escasas pertenencias a un cami¨®n. Han vivido cuatro a?os en unos 30 metros cuadrados, sin electrodom¨¦sticos por falta de luz.
Su marido, m¨¢s sereno, se siente abocado a volver a okupar otro piso. "Yo suelo trabajar de alba?il, pero desde hace un mes me tengo que conformar con chapuzas como podar ¨¢rboles en los parques, y mi mujer s¨®lo tuvo hace tiempo un contrato de limpiadora", asegura. "Vimos que esta casa llevaba unos seis meses vac¨ªa porque a sus adjudicatarios les hab¨ªan concedido otro piso y entramos", explica ?ngel L¨®pez. "Luego, nos llamaron a un juicio porque iban a concederle el piso a una se?ora, que no se present¨®, y hace una semana nos lleg¨® la orden de desahucio", a?ade.
Nunca han recurrido a ning¨²n servicio social, salvo a C¨¢ritas en los ¨²ltimos meses, ni han solicitado una vivienda p¨²blica para resolver su problema. Con la orden de lanzamiento encima, siguieron sin formalizar ninguna petici¨®n. Es algo que lamentan, aunque, en el fondo, tienen un poso de pro fundo escepticismo. "Mi hermana, que tambi¨¦n fue desalojada por ocupaci¨®n ilegal, present¨® todos los papeles en el Ivima hace nueve a?os, y nada". Este peri¨®dico intent¨® ayer sin ¨¦xito conversar con los responsables del Ivima para que ofrecieran su versi¨®n y se?alaran si la vivienda desalojada tiene ya nuevos ocupantes.
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