El Natwest Zaragoza, despachado como un tr¨¢mite
El Joventut trabaja las buenas costumbres. Y una fundamental es habituarse a jugar finales. No es necesario hacer p¨²blica exhibici¨®n de ello ni divulgarlo a los cuatro vientos para con vertir a los incr¨¦dulos, pero este equipo llega donde tiene que llegar m¨¢s veces de las que parece. Es el sello de Lolo Sa¨ªnz. Ayer el Joventut tir¨® de oficio para quitarse de encima al Natwest Zaragoza. Hizo un partido m¨¢s bien sobrio. Despach¨® la semifinal como un tr¨¢mite. No cabe reproch¨¢rselo: es el tratamiento que merece un equipo tan especulativo y aburrido como el conjunto zaragozano, una formaci¨®n sin rostro.
El Zaragoza carece de apellidos. Es una mala se?al. Se dice que es un ejemplo de disciplina t¨¢ctica, que practica el baloncesto control (una estrategia que s¨®lo los italianos han conseguido en ocasiones convertirla en un arte), que es un equipo que defiende bien sin cometer muchas personales, que pierde pocos balones... Se dicen muchas cosas, pero los conceptos abruman. Es un equipo sin rostro conocido. ?A qui¨¦n hay que anular exactamente para derrotar al Zaragoza? A todos y a ninguno.
El Zaragoza trajo todos sus conceptos a La Coru?a y sac¨® poca tajada. Regresar¨¢n los jugadores a sus domicilios sin saber a ciencia cierta quienes fueron los culpables de la derrota o cu¨¢l fue el principal defecto que acusaron. Porque personales hicieron pocas y balones no perdieron demasiados. Para llegar a mayores hace falta algo m¨¢s; al menos, dotar de personalidad al juego.
El Zaragoza especul¨® con el mal momento del Estudiantes para acceder a la semifinal pero apenas pudo aspirar a otra cosa en cuanto encontr¨® enfrente un rival con cierta solidez. No es que el Joventut sea actualmente un dechado de virtudes, ni parece disfrutar con lo que hace, ni corren tiempos felices por Badalona, pero dispone de estructura y, lo que es m¨¢s importante, de algunos jugadores con talento. Y el talento sobrevive a las t¨¢cticas cuando ¨¦stas se funden con la mediocridad.
La semifinal tard¨® un tiempo prudencial en decidirse, lo justo para que el p¨²blico no se sintiera defraudado. El Joventut se limit¨® a dominar el marcador sin caer en la verdadera trampa del baloncesto control (perder el ritmo, abundar en las p¨¦rdidas de bal¨®n, fracasar en la batalla por el rebote o ser presa de la imprecisi¨®n). Lo suyo fue mantener la serenidad, hacerse fuerte en la zona y dejar que sus hombres exteriores fueran resolviendo buena parte de las acciones ofensivas.
El Zaragoza apur¨® al m¨¢ximo hasta el descanso (40-39) pero su falta de talento le condujo a la ruina: en los diez primeros minutos de la reanudaci¨®n del encuentro sum¨® diez tantos y comenz¨® a despedirse de la Copa. Est¨¢ visto, la disciplina t¨¢ctica sin talento da para poca cosa, salvo para entretenimiento de especialistas.
El p¨²blico de La Coru?a vio ayer c¨®mo el equipo de Badalona despachaba el tr¨¢mite de la semifinal. En eso qued¨® el Zaragoza: para material de archivo. Y en eso est¨¢ el Joventut, en su papel, como corresponde a los grandes: de nuevo en una final... La en¨¦sima final de los ¨²ltimos tiempos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.