El p¨¢jaro de la paz y de la corrosi¨®n
Las palomas, p¨¢jaros que expresan los deseos de paz, mantienen una guerra involuntaria con los edificios m¨¢s antiguos del centro. Destrozan los tejados levantando las tejas para guarecerse, y las que mueren quedan a menudo empotradas en los desag¨¹es. Adem¨¢s, sus excrementos llegan a ser tan corrosivos (por su alto contenido de ¨¢cidos) que pueden agujerear el metal de las estatuas, como la de Emilio Castelar, en la plaza del mismo nombre, o la del Teniente Ruiz, en la plaza del Rey, que se encuentran da?adas. La carrocer¨ªa de los coches tambi¨¦n sufre los efectos de las costras de palomino, que es como se conoce su excremento.Los monumentos y edificios de piedra no corren mejor suerte. Las calizas, muy frecuentes en las construcciones hist¨®ricas, reaccionan con los ¨¢cidos y se van exfoliando.
En un simposio celebrado en noviembre de 1990, los especialistas se?alaron como edificios m¨¢s afectados el palacio de Correos, el de Linares y el Banco de Espa?a (los tres en la emblem¨¢tica plaza de Cibeles), la primera casa consistorial, la de Cisneros y la de la Panader¨ªa, la Torre de los Lujanes y el convento de las madres jer¨®nimas. Adem¨¢s se citaban la fuente de la Fama y la estatua del General Mart¨ªnez Campos en el Retiro.
En Madrid, la poblaci¨®n de palomas no es todav¨ªa excesiva, seg¨²n el Departamento Municipal de Desratizaci¨®n y Desinfecci¨®n, que est¨¢ elaborando un mapa de localizaci¨®n de estas aves. Sin embargo, el Ayuntamiento estudia poner en marcha un sistema que ahuyente con se?ales el¨¦ctricas a las que se posan en algunos edificios d¨¦biles, como el Museo Municipal.
En algunas ciudades cuya poblaci¨®n de palomas era excesiva (G¨¦nova, Par¨ªs) se les administr¨® una sustancia anticonceptiva mezclada con el grano y se consigui¨® reducir a la mitad el n¨²mero de palomos nacidos.
Entre las numerosas enfermedades que las palomas pueden transmitir al hombre destacan las ornitosis, que provocan infecciones de las v¨ªas respiratorias. Muchas veces la dolencia puede no ser apreciable en el animal, y en el humano puede confundirse f¨¢cilmente con una gripe.
El decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, Guillermo Su¨¢rez Fern¨¢ndez, tranquiliza a los colomb¨®filos: "Es muy dif¨ªcil que se llegue a contagiar esta enfermedad", afirma, "aunque ha habido casos en Inglaterra y Alemania".
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