El tend¨®n del cuello

La danza moderna japonesa conocida Como butch tiene muchos cultivadores occidentales, y entre ellos, Andr¨¦s Corchero tiene un puesto. Es de los pocos que se march¨® hasta Tokio para trabajar con los maestros originales, como Katsuo Oono, mentor que ha marcado aljoven barcelon¨¦s hasta conseguir un sorprendente dominio de su cuerpo y expresi¨®n.Su uni¨®n con Feliu Formosa ha producido un espect¨¢culo de c¨¢mara riguroso, transparente y honesto, donde la econom¨ªa de recursos se vuelve s¨ªntesis po¨¦tica sobre un principio de entrega absoluta y generosa. Los sentidos poemas de Jaime Gil de Biedma sirven de base tem¨¢tica y de motivaci¨®n a una dura atm¨®sfera donde ese animal amante -el bailar¨ªn-, navega herido y solitario, ausente.

La transitoria y cruel belleza que evocan los versos termina por imponerse en la sala, que queda ilusoriamente poblada de espectros y palabras indefensas. El poeta habla de encuentros furtivos, cuerpos desnudos y s¨¢banas sucias, una, especie de dolor f¨ªsico que se sobrepone al dolor moral como un velo, mientras el artista cae y se levanta en una especie de expolio, de castigo.

La fatiga triunfal del que am¨® termina por apoderarse incluso de la voz de Formosa, con un castellano no perfecto, pero mel¨®dico y dicho sobre un acento en que puede adivinarse el del escritor muerto. Esta obra es una feliz concatenaci¨®n de la palabra y la danza, donde, huyendo de todo encuentro literal, la una se sirve de la otra, se abrazan y se funden hasta un final tristemente heroico e ir¨®nico que deja abierta una larga grieta. Si el poema No volver¨¦ a ser joven habla crudamente de la obra teatral de la vida y de su ¨²nico argumento posible: envejecer y morir, la pieza de Corchero y Formosa lo revela en menos de una hora con elocuencia magistral.