Reaparici¨®n sin suerte
La diosa fortuna no ayud¨® en nada cuando m¨¢s le era necesaria a Lorenzo del Olmo, que ayer reaparec¨ªa en Aranjuez como matador de toros tras una d¨¦cada de subalterno. En esta confabulaci¨®n de los fiados en su contra no fueron inocentes, ni siquiera neutrales, los elementos climatol¨®gicos del aire, agua y fr¨ªo glacial, que no quisieron perderse un festejo presenciado apenas por 200 personas y que convirtieron la tarde en fea, desabrida y antitaurina. Para mayor desgracia, al reaparecido le toc¨® el garbanzo negro del encierro, su primero, un marrajo o una infamia con cuernos. Para culminar tan mal fario, Del Olmo fall¨® a espadas en el quinto cuando tras una aseadita faena de pundonor y rabia novilleril y con los ecos calientes de sus partidarios y amigos pod¨ªa haber logrado un trofeo. Pero fall¨® con los aceros por tirarse arriba no buscando el rinc¨®n umbr¨ªo del bajonazo.Del Olmo brill¨® en lo que le era habitual hasta ahora: brega capotil y facilidad con los palitroques. Y acus¨®, l¨®gicamente, su escasa actividad con muleta, estoque y verduguillo. En esa berroque?a y entregada labor a su segundo, Del Olmo comenz¨® de hinojos tanto con el percal como con la pa?osa. Sin embargo, los nervios de jugarse el futuro a una carta le impidieron el sosiego imprescindible, a pesar de lo cual albore¨® buenos dibujos en redondos y naturales que fueron celebrad¨ªsimos.
Palomo-Santa Mar¨ªa / Alcalde, Olmo, Sese?a
Tres toros de Palomo Linares, con trap¨ªo y nobleza, excepto segundo manso y bronco. Primero, tercero y quinto de Santamar¨ªa, de discreta presencia, nobles y manejables.Paco Alcalde: estocada tendida y desprendida (silencio); estocada (oreja). Lorenzo del Olmo: media baj¨ªsima al encuentro, estocada y descabello (silencio); dos pinchazos sin soltar, pinchazo, estocada y cuatro descabellos (vuelta). Jos¨¦ Luis Sese?a: estocada (oreja); estocada (orejas). Sali¨® a hombros por la puerta grande. Plaza de Aranjuez, 13 de marzo. Floj¨ªsima entrada.
El mejor toreo del festejo correspondi¨® a otro veterano, Paco Alcalde, en el bizco cuarto, y a Jos¨¦ Luis Sese?a por partida doble. Alcalde provoc¨® una bendita hartaz¨®n de naturales, lo que en estos tiempos posmodernos y de superproducci¨®n de derechazos tiene su m¨¦rito. El coletudo se relaj¨® y tore¨® para gustarse a s¨ª mismo que es siempre lo que m¨¢s transmite.
Sese?a resucit¨® su feliz y distante ¨¦poca novilleril y obsequi¨® con dos faenas torer¨ªsimas, medidas, variadas y completas. En ambas lucieron una enormidad sus sedosas y acariciadoras ver¨®nicas y las dos las rubric¨® como merec¨ªan: con sendos espadazos a ley y hasta los gavilanes para final solaz del aterido p¨²blico presente.
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