Gail Devers derrota a Privalova en la revancha de la final ol¨ªmpica
Los Mundiales de pista cubierta sirvieron para revalorizar uno de los grandes triunfos ol¨ªmpicos sujetos a debate, el de la estadounidense Gail Devers, la especialista en vallas que gan¨® a las mujeres m¨¢s r¨¢pidas del momento. En Toronto se repiti¨® la historia. Esta vez, con mayor justificaci¨®n. Porque si la rusa Irina Privalova tiene las piernas m¨¢s potentes del mundo, el cuerpo de Devers esconde una potencia s¨®lo comparable al sistema nervioso que la controla.
Devers es la campeona de verano y ahora tambi¨¦n la de invierno. ?Qu¨¦ le falta para ser reina? R¨¦cords, superioridad incontestable que no consigue porque Privalova la suele ganar cuando no hay un t¨ªtulo de por medio, y estar libre de toda sospecha. Su compatriota Gwen Torrance, tras la final ol¨ªmpica, dijo que todas las atletas menos una, se supone que ¨¦sta era ella misma, hab¨ªan competido con ayuda de las drogas. No qued¨® ninguna prueba tras la acusaci¨®n. Pero su cuerpo sigue adquiriendo volumen, fuerza y potencias extraordinarias que, por supuesto, se puede conseguir en el gimnasio.Con la transformaci¨®n de su cuerpo, Devers sigue corriendo m¨¢s r¨¢pido que nunca, pues despu¨¦s de haber establecido el pasado d¨ªa 26 de febrero el r¨¦cord de Estados Unidos de 60 metros en 6.99 segundos, en Toronto lo rebaj¨® cuatro cent¨¦simas m¨¢s. Y esto es posible s¨®lo al dominio que consigue sobre su imponente musculatura, capaz de ponerla en movimiento en el increible tiempo de 169 mil¨¦simas de segundo, que fue el tiempo de reacci¨®n que se le midi¨® en la final.
Privalova, en cambio, tard¨® en salir de los tacos m¨¢s tiempo de lo que se puede considerar normal en una atleta de su experiencia, pues tard¨® 210 mil¨¦simas. Pese a ser de raza blanca, cuyo sistema nervioso reacciona m¨¢s tarde, exceder de las 200 mil¨¦simas no es habitual, como qued¨® demostrado en las semifinales, donde s¨®lo necesit¨® de 190 para dar el primer paso.
La final masculina no trataba de resolver ning¨²n litigio, sino m¨¢s bien confirmar que el canadiense Bruny Surin lleva camino de ocupar un lugar preferente en el escalaf¨®n de velocistas. Para eso tiene que hacer grandes marcas y por su progresi¨®n no hab¨ªa que descartar el r¨¦cord mundial, lo que le supondr¨ªa correr m¨¢s r¨¢pido que el propio Ben Johnson, pues hace un mes corri¨® en 6.54 y se qued¨® a cuatro cent¨¦simas de ¨¦l.
Surin s¨®lo gan¨® y con lo justo, porque Fredericks, impecable corredor de 100 metros, se le ech¨® encima cuando ya lo que contaba era s¨®lo adelantar el pecho. Hac¨ªa demasiado fresco en el inmenso SkyDome para correr en tiempo de r¨¦cord.
En las semifinales de 400 metros, el estadounidense Butch Reynolds se mostr¨® imperial (45.70 segundos) y dej¨® claro que es el favorito indiscutible de 400 metros.
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