Gabriel y Gal¨¢n fue enterrado entre las encinas y el casino de Torrelodones
Varios centenares de amigos despidieron ayer al autor de 'Muchos a?os despu¨¦s'
"Yo he sido jugador toda mi vida y espero seguir si¨¦ndolo" dijo el escritor y periodista Jos¨¦ Antonio Gabriel y Gal¨¢n en una de sus ¨²ltimas entrevistas. Ayer, Gabriel y Gal¨¢n fue enterrado en el cementerio de Torrelodones, un peque?o camposanto rodeado de encinas frente al Casino de Madrid. "?l eligi¨® este lugar, cercano a su casa de Las Matas y al casino. Era una especie de broma" explic¨® su amigo ?ngel Garc¨ªa Pintado. Unas 300 personas se acercaron, a pesar del aguacero, a despedir al autor de Muchos a?os despu¨¦s, que muri¨® el s¨¢bado a los 52 a?os despu¨¦s de luchar durante 12 contra un c¨¢ncer
"Hay muchas similitudes entre el juego y la literatura, que son, posiblemente, dos de los m¨¢s grandes delirios de la existencia humana", dijo tambi¨¦n Gabriel y Gal¨¢n cuando en 1991 un jurado compuesto por prestigiosos escritores le otorg¨® el I Premio Carranza de literatura por su novela Muchos a?os despu¨¦s, la quinta y ¨²ltima de su obra. A?os antes, el escritor hab¨ªa dicho: "Soy de los pocos que entiende a Dostoievski porque, como yo, era jugador".Ayer un viejo amigo recordaba: "Jos¨¦ Antonio buscaba emociones veloces y bals¨¢micas, y sospecho que esto tambi¨¦n tuvo que ver con la evoluci¨®n de su escritura; era un novelista tr¨¢nsfuga de la poes¨ªa. Era un hombre interiormente muy rico y complejo, y por ello su mejor obra es su propia vida en los ¨²ltimos a?os, pues la vivi¨® con un coraje inaudito. Era, como yo, un hipocondriaco empedernido. Un d¨ªa, poco despu¨¦s de conocer que ten¨ªa un c¨¢ncer, me dijo: 'Si de algo sirve saber que te vas a morir es que se te quita el sentimiento de estar enfermo".
Gabriel y Gal¨¢n, que dirig¨ªa la revista literaria El Urogallo, naci¨® en Plasencia (C¨¢ceres) en 1940. Colaborador de EL PA?S, public¨® su primer libro de poes¨ªa, Descartes ment¨ªa, en 1977, y su primera novela, Punto de referencia, en 1970. Ten¨ªa dos hijos, Alejandro y Laura, ¨¦sta hija de su ¨²ltima mujer, Cecilia. Ayer, sus compa?eros de la tertulia de la madrile?a Taberna del Alabardero se trasladaron en silencio al peque?o cementerio de Torrelodones. Los periodistas y escritores Luis Carandell, ?ngel Garc¨ªa Pintado, Andr¨¦s Berlanga, Vicente Verd¨², Pedro Altares y Fernando Castell¨®; el secreta rio de Estado para el Deporte, Javier G¨®mez Navarro, y el cineasta Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, se mezclaron con otros viejos amigos: el director de EL PA?S, Joaqu¨ªn Estefan¨ªa; el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique, y el juez Marino Barbero, en calidad de director de la Real Academia de Extremadura. El entierro, bajo un cielo gris, apenas dur¨® 20 minutos. "Una noche le encontr¨¦ solo y con aspecto deprimido en un bingo y hablamos del juego", contin¨²a un viejo amigo. "Jos¨¦ Antonio echaba pestes de los bingos. 'Es un juego demasiado lento', me dijo, que te permite pensar y que no te deja opci¨®n al sobresalto. Jos¨¦ Antonio escrib¨ªa, como jugaba, r¨¢pidamente, sin apenas corregir y transformar la espontaneidad de su prosa. Sab¨ªa que sus dos poetas preferidos, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez y Saint John Perse, tardaban meses en dar por acabado un poema, pero ¨¦l soportaba mal esta dilaci¨®n, como la del bingo, por lo que su necesidad de perfecci¨®n colisionaba con la urgencia de sus emociones".
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